La sanguinaria etarra Idoia López Riaño, alias 'La Tigresa', es ahora una de las presas de ETA más activas en la cárcel haciendo caso omiso a las directrices que la banda impone a sus internos. Trasladada este verano a Nanclares de Oca donde el Ministerio del Interior agrupa a quienes acreditan su rechazo a la violencia, se ocupa de cuidar a los perros que el centro penitenciario emplea en un programa de terapia asistida con animales para otros reclusos con problemas de adaptación, informaron a Europa Press fuentes penitenciarias.

Concretamente, 'La Tigresa' o 'Margarita' está al cargo de dos cachorros de la raza Golden Retriever. El centro cuenta con estos perros para emplearlos en terapias para presos con problemas de relación y dificultades para integrarse. Instituciones Penitenciarias organiza este tipo de programas con animales también en otros centros.

El trabajo de esta histórica etarra, que cuenta con cerca de una veintena de asesinatos a sus espaldas, consiste en supervisar el estado de los cachorros. Les da de comer y se encarga de que estén limpios y bien atendidos para la terapia en la que ella no participa dado que no tiene ese tipo de problemas para relacionarse. Se trata de un trabajo no remunerado que desempeña desde hace tan sólo unos días después de sustituir al anterior encargado.

La indisciplina de 'La Tigresa' ya era una constante durante sus años de pistolera y lo es también ahora como reclusa. Aceptar este tipo de responsabilidades supone un desafío a las directrices que ETA trata de imponer --cada vez con menos éxito-- entre su Colectivo de Presos (EPPK, siglas en euskera de Euskal Preso Politikoen Kolektiboa). La banda considera a sus internos como presos políticos por lo que siempre les ha prohibido participar en ninguna actividad organizada en el interior de las prisiones.

Módulo de FP

Posteriormente, la propia dirección de la banda permitió a sus presos una cierta autonomía, pero tan sólo en la realización de actividades intelectuales, es decir, la posibilidad de estudiar carreras o dar cursos de formación.

De hecho, además de la atención a los perros, López Riaño ocupa su tiempo en estudiar un módulo de Formación Profesional y también da clases de euskera y francés, precisaron las fuentes consultadas. Este nivel de actividad en prisión ha sido una constante siempre en la trayectoria de 'La Tigresa' en los distintos centros en los que ha cumplido condena, incluso en cuando estuvo internada en Francia.

En cualquier caso, ETA prohíbe tajantemente a sus presos apuntarse a talleres o aceptar trabajos en las cárceles, algo que consideran impropio de presos políticos y que va en contra de su disciplina.

Por el momento, Idoia López aun no ha sido oficialmente expulsada del EPPK, pero previsiblemente el Colectivo lo hará próximamente dado que su vinculación con ETA a día de hoy es inexistente, precisaron las fuentes consultadas. 'La Tigresa' es una de los cerca de 30 condenados por terrorismos que cumplen condena en Nanclares de Oca después de firmar su rechazo a los atentados, a su pasado y acreditar su respeto a la Ley y a las normas democráticas.

Temor a las represalias

Desde hace tiempo esta ex terrorista no mantiene ninguna relación con los canales habituales de comunicación de la dirección etarra en el interior de las prisiones (familiares, abogados, asociaciones pro amnistía...) e incluso ha llegado a expresar en ocasiones su temor a salir de prisión por miedo a las represalias que pueda sufrir por haberse desvinculado de la banda.

'La Tigresa' es consciente de que ha sido considerada como un mito durante años por la vileza de su trayectoria y su participación en decenas de atentados. Precisamente por ello, la ruptura con su pasado es considerada especialmente como una traición grave entre ciertos sectores del entorno de ETA.