Rosa Aguilar, ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, no aprovechará su nombramiento para pedir disculpas a Alfredo Pérez Rubalcaba, vicepresidente primero del gobierno, por los viejos tiempos. Cuando hace casi año y medio la ex alcaldesa de Córdoba por IU pasó a convertirse en consejera de Obras Públicas de la Junta de Andalucía, en manos del PSOE, afirmó en El País que pediría "disculpas a Felipe González por relacionarle con los GAL". "A veces hacemos daño innecesariamente en la política (...) A veces lo que en política puede ser un titular de gran dimensión causa daño a un gran ser humano", dijo la fustigadora de los gobiernos socialistas tardíos por la guerra sucia antiterrorista, que acusaba al ex presidente de "tener las manos manchadas de sangre por los GAL".

Recordaba El Mundo que como portavoz de IU en el Congreso, Aguilar señaló a González en enero de 1998: "Por mucho que se empeñe en intentar demostrar o en intentar justificar el GAL, el terrorismo de Estado, los asesinatos, vengan de donde vengan son totalmente injustificados".

A raíz de aquella excusa, el ex secretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera, condenado a una década de prisión por el secuestro del ciudadano francés Segundo Marey a manos de los GAL, interpretó que Aguilar no había pedido perdón sólo a González, sino a todos los miembros de su gobierno y a los "altos cargos". "Se referirá a todo el gobierno de Felipe González, no sólo a Felipe González. Parece lo lógico", recogió Servimedia.

Cuando Rosa Aguilar era látigo de socialistas por los GAL, el portavoz del Gobierno era Alfredo Pérez Rubalcaba, que lo fue en la última etapa de Felipe González como pasa a serlo ahora en la última (de momento) de Zapatero.

La nueva ministra de los tres medios contestó a Carlos Herrera en su programa "Herrera en la onda" que era amiga de Rubalcaba. El radiofonista le preguntó "Usted, que ha sido implacable en el asunto del GAL, ¿Se imaginaba formar parte de un gobierno en el que Rubalcaba fuera vicepresidente?" y ella respondió: "Siempre, también en esos momentos a los que ha hecho referencia, he tenido una extraordinaria relación personal y política con Rubalcaba. Siempre. Y, además, no hemos dejado de tenerla a lo largo de los tiempos. Ante circunstancias que se producen y cuestiones que se dan en la política, se puede confrontar dialécticamente, pero hay una raya que nunca se debe de traspasar, y es la que permite mantener una buena relación personal y una buena relación política, para seguir trabajando a favor del conjunto de la sociedad.