La ex vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, protagonizó ayer su última intervención ante el Grupo Socialista, del que se despidió después de 14 años ocupando un escaño en la Carrera de San Jerónimo y lo hizo proclamando su fidelidad a los valores y principios socialistas y pidiendo a sus compañeros que sigan trabajando "duro, con honradez y sinceridad" para ganar las elecciones generales de 2012.

De la Vega, que nunca llegó a afiliarse al PSOE y ha sido diputada por diferentes circunscripciones en función de las necesidades del partido -Jaén, Segovia, Madrid y Valencia, su provincia natal- llegó a la reunión acompañada de otros dos ex ministros, Miguel Ángel Moratinos y Elena Espinosa, así como del presidente de la Cámara y ex ministro de Defensa, José Bono.

Además de los miembros de la dirección del Grupo Socialista, encabezados por su portavoz, José Antonio Alonso, la futura consejera del Estado estuvo también arropada por muchos diputados y senadores que se acercaron a despedirse de ella, entre ellos el también ex vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra.

De la Vega dejó claro que el proyecto de Zapatero "tiene todavía mucho recorrido" y que la motivación que movía al presidente cuando llegó a La Moncloa en 2004 -cuando hablaba de lo mucho que se podía hacer por los españoles- continúa intacta.