Después de haber promovido el Estatuto, de haber gobernado con independentistas y de haber crecido el independentismo durante los siete años que han mandado a la Generalitat, diseñaron una campaña electoral desmarcándose del tripartito y del independentismo. Demasiada desorientación por sus votantes, no cree?

Las causas de nuestra derrota son una suma de factores. A los que dice usted deberíamos añadir el desgaste enorme y la impopularidad de las medidas para superar la crisis, el propio estado de malestar de la sociedad como consecuencia de la crisis. Es esta situación que alguien ha descrito como de ciudadanía permanentemente cabreada por un conjunto de circunstancias adversas que no mejoran. Existe la suma del desgaste del PSC en el Gobierno y uno compartido con el PSOE y con el Gobierno español que ha experimentado desgastes similares como se comprueba en las encuestas.

¿Por qué militantes históricos como Mascarell, Sobrequés y el propio Pasqual Maragall han ido abandonando el PSC?

Vistos los nombres que cita, cada caso es un caso y no son equiparables. En las preocupaciones del PSC, pesan mucho más las miles de personas que en estas últimas elecciones o en otras abandonaron su orientación socialista que las individualidades que menciona, cada una de las cuales tiene una causa concreta y no todas abiertamente confesables.

Un destacado socialista, Ferran Mascarell, es el nuevo Consejero de Cultura en el Gobierno de CiU. Con la marcha de Mascarell ha quedado tocado el llamado sector catalanista del PSC?.

Creo que no. Los sectores son sectores si son una suma de liderazgos y de grupos de gente dentro de un partido político. Entendido así, el sector catalanista no existe porque en términos estrictos todo el PSC es catalanista por definición. Alguien puede pensar que a veces no lo es? Esta es una de nuestras batallas pendientes. Ver en donde se ubica la credibilidad de un proyecto catalanista que lo es para todos y que en eso no admite ni sectores ni sensibilidades, sino que todo el mundo está en la misma alineación. Yo no veo sectores organizados con capacidad de formular alternativas. A mí me molesta especialmente la definición de sectores, porque a veces se me incluye y a veces no. Yo no admito que nadie discuta ni mi catalanidad, ni mi catalanismo. Y el día que yo pensara que el PSC no es catalanista, abandonaría el partido.

¿Cuál será su hoja de ruta a la oposición?

La suma de tres estrategias. Oposición implacable y radical, capacidad de presentar propuestas y acuerdos puntuales con CiU cuando sea necesario para el interés del país. Para ser oposición radical no basta con retórica parlamentaria y capacidad dialéctica. También hay quien dice que el PSC mirará de reojo para ver qué opina el PSOE. El PSC en lo que atañe a la dinámica parlamentaria y en las relaciones gobierno-oposición en Cataluña, nos trae sin cuidado lo que diga el PSOE.A veces coincidiremos y otras no, pero no haremos nada sólo porque el PSOE haya dicho «a» o «b».

¿Ha hablado con Zapatero desde que es Presidente del grupo parlamentario?

No.

¿Han dejado las arcas de la Generalitat vacías?

Este es un concepto ficticio creado y orquestado por Mas y su gobierno, sobre todo por sus asesores para justificar el arranque, la inactividad del gobierno en los primeros meses y algunas posibles recortes; recortes que en los gobiernos que yo he estado ya hemos ido aplicando sucesivamente como mínimo desde hace tres años. Dejamos déficit y dejamos endeudamiento, pero en el comparativo entre el déficit y el endeudamiento que encontramos y hemos dejado y el grado de equipación del país que encontramos y hemos dejado, nuestro saldo es favorable e indica una caja llena y no una caja vacía

¿Por qué el PSC es el partido más votado en Cataluña, incluso cuando se presenta un candidato canario como López Aguilar de cabeza de lista en las europeas, y no han conseguido ganar nunca unas elecciones catalanas?

Si tuviéramos respuesta a esta gran pregunta haría muchos años que tendríamos la presidencia de la Generalitat y no la habríamos perdido nunca. ¿Por qué el elector selecciona tanto y establece pocos vasos comunicantes entre unas elecciones y otras? O incluso, ¿por qué el elector catalán después de 30 años de autogobierno y de dos Estatutos continúa otorgando más importancia a unas elecciones generales o municipales que a unas autonómicas? Todo ello forma parte de una reflexión que debemos hacer todos y que indica el escenario político catalán es muy diferente que el general español. No tenemos polarizaciones de dos grandes partidos y las circunstancias de los últimos diez años, y muy especialmente la sentencia del Constitucional, han sacudido suficiente el espacio político catalán como para el escenario dual español aquí se haya roto aún más con una fragmentación de los espacios que ha llevado siete grupos diferentes al Parlamento.

La crisis ha coincidido con ustedes gobernando el Estado, la Generalitat y los principales ayuntamientos. ¿Es mala suerte o es que los socialistas no han gestionado bien?

En política, la suerte cuenta poco. Ahora bien, yo tengo que hacer una defensa de la capacidad de gestión de los gobiernos municipales y los gobiernos en los que yo he estado desde 2003. Los gobiernos de Maragall y Montilla han hecho mucho más que parar el golpe. Catalunya está más preparada que el resto de España para salir de la crisis y está más equipada que nunca para afrontar la crisis con una buena cohesión social.

Montilla dijo en la campaña electora que venía un «tsunami» conservador. Después de perder el PSC la Generalitat, las encuestas prevén una derrota socialista en la mayoría de comunidades autónomas. ¿Vienen años de gobiernos de derechas?

Esta basculación hacia la derecha ya la he vivido dos veces y no en términos de comunidades autónomas. Recuerdo una en 1995 cuando Paco Vázquez en A Coruña y yo en Girona nos convertimos en los únicos alcaldes socialistas de capitales de provincia con mayoría absoluta. Igual que entonces debemos tener la capacidad de reacción y de modernización de nuestro discurso, mensaje y propuestas con una política propia del siglo XXI.

Un político incombustible­

Cuando en 1979, Adolfo Suárez presidía el Gobierno español, Felipe González estaba en la oposición, Pasqual Maragall era un desconocido teniente de alcalde de Barcelona y Jordi Pujol ni tan siquiera presidía la Generalitat, Joaquim Nadal ya era alcalde de Girona. Muchos le dieron por enterrado en 2004 con el hundimiento del Carmel cuando era Consejero de Obras Públicas, pero antes que él han caído Maragall, Montilla y los restantes líderes del tripartito. Este Catedrático de Historia que el próximo día 31 cumplirá 63 años, ha sido el elegido por los socialistas catalanes, sin ninguna voz discrepante, para liderar la oposición en el Parlamento catalán. Sin duda, ha influido su experiencia (23 años alcalde de Girona, 27 de diputado autonómico, siete de consejero de Obras Públicas y candidato a la presidencia de la Generalitat en 1995), su capacidad para llegar a consensos y sus buenas relaciones con todos los sectores del PSC. Cuando con 29 años de edad accedió a la alcaldía de la hasta entonces conservadora ciudad de Girona en coalición con los comunistas del PSUC una de las primeras cosas que hizo fue pactar con el Obispo el papel institucional de cada uno. Ambos cumplieron escrupulosamente lo acordado.