El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, admitió hoy que la restricción crediticia continuará un tiempo, durante la última sesión de control en el Congreso antes del verano, en la que el PP insistió en reclamar elecciones anticipadas para salir de la crisis económica.

El PP afirmó que "el país entero" quiere que le llamen a las urnas, pero la vicepresidenta económica, Elena Salgado, les instó a no tener tanta prisa y dejó claro que hasta que no consigan reducir de manera significativa el paro no quedarán satisfechos.

"Ya sé que algunos de ustedes preferirían seguir como hasta ahora, flotando estilo muertito, a ver si la marea les lleva a La Moncloa, pero si fuera solo así al menos no estorbarían", reflexionó Salgado durante un enfrentamiento en que acusó al principal partido de la oposición de demagogo e irresponsable.

Este rifirrafe se produjo después de un intercambio más calmado entre el presidente del Gobierno y el líder del PP, Mariano Rajoy, a cuenta de la restricción del crédito.

Zapatero consideró que "la única vía" para mejorar los préstamos es que el sector financiero concluya la reestructuración y sea solvente, aunque advirtió de que, como consecuencia del endeudamiento de España, la "época de restricción" continuará un tiempo.

Rajoy insistió en que el que tiene la culpa es el Gobierno, porque la desconfianza que genera "hace que las entidades tengan que financiarse a un coste astronómico" y porque el saneamiento bancario "se está llevando a cabo tarde, mal y a rastras".

La acusación de ser culpables de lo peor de la crisis volvió a repetirse, pero con más virulencia, en las preguntas de la portavoz parlamentaria del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, y el encargado de economía, Cristóbal Montoro, a la vicepresidenta Salgado.

La portavoz del PP afirmó que los datos del Ejecutivo son "bochornosos" e "insostenibles", por lo que tras aprobar mañana el "último gran recorte social del Gobierno", la Ley de Pensiones, se agota "la agenda política y la legislatura" y "los españoles no esperan otra cosa" que ser llamados a las urnas.

"¿Le parece extraño que el país, el país entero, esté pidiendo una fecha de elecciones?", dijo Sáenz de Santamaría en una probable referencia al reciente editorial del periódico El País en que se reclamaron los comicios.

Salgado respondió: "Le anticipo que hasta que la cifra de personas sin empleo no se reduzca de manera significativa este Gobierno no va a estar satisfecho" y se mostró convencida de que los socialistas han hecho "lo correcto" desde que se inició la crisis económica, al contrario que el principal partido de la oposición.

En el turno de Montoro, Salgado le reprochó que con sus "prisas" para alcanzar el poder no le importe perjudicar "no al Gobierno, sino al país" con declaraciones como señalar a España como un lastre para el euro o poner en cuestión la validez de las pruebas de resistencia bancaria.

Por ello, prefirió la opción de los que quieren permanecer "flotando estilo muertito, a ver si la marea les lleva a La Moncloa", ya que así "no estorbarían" la recuperación económica.

Y "mientras, califican de simple percance el procesamiento de Camps", dijo Salgado en referencia a los problemas judiciales del presidente valenciano.

Montoro le pidió que ofreciera a la Cámara la postura que defenderá España en la Cumbre del Eurogrupo mañana en Bruselas, aunque puso en duda que la tuviese clara.

La vicepresidenta dijo que la cumbre tiene que garantizar el programa de ayuda a Grecia -país que debe cumplir "todos sus compromisos"- y evitar al mismo tiempo cualquier eventual contagio de la crisis financiera a otros Estados.

Además, criticó a Alemania sin mencionarla, al señalar que no es partidaria de implicar al sector privado en el rescate a Grecia "de forma tal que pueda suponer un contagio para otras economías", y recordó que "en las últimas semanas ha quedado claro que esos planteamientos no han sido bien recibido por los mercados".

Por otro lado, la sesión de control fue escenario de una polémica entre el ministro de Industria, Miguel Sebastián, que aboga por no llevar corbata en verano para ahorrar en aire acondicionado, y el presidente del Congreso, José Bono, que le reclamó ayuda para mantener "la disciplina del vestido" en la Cámara.