El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, ha anunciado hoy que todos los vecinos desalojados por el incendio forestal en La Gomera han regresado a sus viviendas y ha afirmado que se avanza en el control del fuego, por lo que hoy podría haber "noticias positivas".

Así lo ha indicado el jefe del Ejecutivo regional en la rueda de prensa que ha ofrecido tras un Consejo de Gobierno extraordinario en el que los miembros de su gabinete han estudiado la situación creada tras los incendios registrados en las islas este verano, especialmente el que afecta a La Gomera desde hace trece días.

Paulino Rivero ha manifestado que se trabaja en la estabilización del fuego y ha añadido que se han estudiado medidas "prioritarias" para paliar los daños causados por el incendio, en primer lugar para las personas afectadas.

El peor año desde 1984

Con más de 4.100 hectáreas quemadas y una cuarta parte de su población evacuada, La Gomera ha afrontado este verano una movilización sin precedentes para defender su patrimonio natural y ahuyentar la sombra de la tragedia que vivió la isla el 11 de septiembre de 1984, cuando el fuego envolvió el Roque de Agando y causó la muerte a veinte personas.

La gravedad del incendio que desde el 4 de agosto ha afectado a los municipios de Valle Gran Rey, Vallehermoso, Alajeró y San Sebastián, al que se suman los más de veinte fuegos y conatos que se han registrado en lo que va de verano, ha hecho que el Cabildo decidiese suspender las tradicionales Jornadas Colombinas por primera vez desde su instauración hace 53 años.

Además de arrasar viviendas, cultivos y calcinar ganado y cuartos de aperos en las cumbres, el fuego se adentró en el emblema de la isla y principal motivo de su consideración como Reserva de la Biosfera: el Parque Nacional de Garajonay, la mayor reserva de laurisilva, de especies vegetales del Terciario, en Canarias.

Las llamas arrasaron más de 750 hectáreas de este Parque Nacional provocando una amenaza cierta sobre más de una veintena de árboles y aves de la zona de laurisilva que, como alertaron organizaciones ecologistas como SEO/Birdlife, ha puesto en peligro especies endémicas de paloma rabiche y turqué.

También habitan "en la mejor laurisilva de Canarias" pequeños pájaros de la Macaronesia como la curruca, el mosquitero común y el reyezuelo, y aves rapaces como el gavilán, la aguililla, el búho chico y el ratonero.

Además, los biólogos temen por el daño que ha causado el fuego en el palmeral gomero, símbolo de la isla, además de la laurisilva y el monteverde, en el que viven también hongos, líquenes, musgo e insectos cuya recuperación puede ser improbable en un ecosistema tan frágil.

El fuego dejó asimismo una imagen desoladora: el majestuoso Roque de Agando se erige ahora como una roca descarnada, calcinada, desprovista del verdor con el que exhibía su silueta sobre el horizonte.

Y tampoco tuvieron las llamas contemplación en Valle Gran Rey, con consecuencias devastadoras y tal rapidez en su propagación, después de que el fuego se reactivase el 10 de agosto por el viento y el calor, que más de 3.000 personas tuvieron que ser desalojadas en la noche del domingo y trasladadas por mar hasta la capital de la isla.

Otros trece caseríos gomeros fueron también desalojados de forma preventiva ante el avance imparable del fuego, sobre todo por su cercanía al núcleo de Vallehermoso, y aún permanecen desalojadas las localidades de Banda de Rosas, Los Loros y las familias de las viviendas afectadas en Valle Gran Rey.

Este devastador incendio, que ha colocado a la isla en una situación "sin precedentes", según el presidente de su Cabildo, Casimiro Curbelo, ha rememorado antiguas demandas que ya partían de 1984, cuando el incendio en el barranco de La Laja causó la muerte a veinte personas, entre ellas el gobernador civil de Santa Cruz de Tenerife, Francisco Afonso Carrillo.

Ya entonces el Cabildo gomero reclamó medios permanentes para combatir los incendios ante la difícil orografía de la isla, una petición que ha reiterado con cada nuevo fuego, como los ocurridos casi cada verano y que, en el caso del registrado en 2008, llevaron a su presidente, Casimiro Curbelo, a amenazar con devolver las competencias sobre medio ambiente al Gobierno si no se destinaba un helicóptero a la isla.

Lo cierto es que La Gomera ha asistido este mes al mayor operativo aéreo movilizado en Canarias en la lucha contra los incendios, con siete helicópteros y siete hidroaviones, dos de ellos de Marruecos.

Pero mientras la rapidez con la que se despliegan los medios y la búsqueda de presuntos culpables es motivo de controversia entre los gobiernos central y canario, los gomeros vislumbran el fin de las llamas con la incertidumbre de los daños económicos y las cancelaciones en el sector turístico, en una isla cuya belleza escarpada aprecian especialmente los amantes de la naturaleza.