El PP ha decidido hoy, con su rechazo a las peticiones de comparecencias del Gobierno en el Congreso que había pedido la oposición, dejar para setiembre estas intervenciones parlamentarias y lo ha justificado porque cree más conveniente que acudan cuando se haya reanudado el periodo de sesiones.

La reunión de la Diputación Permanente ha supuesto un debate de más de siete horas en el que la oposición en bloque ha criticado a los populares y al Ejecutivo por haber limitado la actividad parlamentaria de agosto a la cita de hoy, y no haber permitido que el Gobierno informase a los parlamentarios.

También se han quejado de que el debate haya quedado devaluado tras el anuncio ayer por parte del Gobierno de la comparecencia de cinco ministros, que finalmente serán seis al sumarse hoy el de Industria.

Hasta tal punto ha sido el enfado que el grupo parlamentario de Izquierda Plural se ha marchado a las pocas horas para no volver.

Y todo ello porque el portavoz de los populares, Alfonso Alonso, había anunciado antes que su grupo no iba a apoyar ninguna de las solicitudes porque, de hacerlo, los ministros tendrían que haber acudido a la Cámara esta misma semana, y el PP ve más razonable que coincidan con la reanudación de la actividad parlamentaria.

El Gobierno anunció ayer la presencia en septiembre de cinco de sus ministros: los de Economía y Empleo, que comparecerán en pleno para hablar del rescate bancario y de la ayuda de 400 euros, respectivamente, así como los de Agricultura (sobre los incendios), Asuntos Exteriores (sobre cooperantes) y Fomento (por el plan de infraestructuras).

A este grupo se unirá el titular de Industria, José Manuel Soria, según ha anunciado hoy el PP.

El partido mayoritario ha rechazado igualmente las peticiones para que acuda a la Cámara el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, para informar de un posible rescate a España, los recortes de gasto o las actuaciones del BCE, pero la diputada Elvira Rodríguez ha señalado que su presencia no es "oportuna ni necesaria" en este momento.

Tampoco han aceptado que la ministra de Asuntos Sociales, Ana Mato, fuera a la Cámara a dar cuenta sobre la reforma de la ley del aborto y la atención sanitaria a inmigrantes, entre otras cuestiones.

Por todo lo contrario, la oposición ha defendido la presencia de Rajoy, al considerar que ahora "es más necesario que nunca un Gobierno que dé la cara", en palabras de la portavoz socialista en la Cámara baja, Soraya Rodríguez.

Un discurso que han compartido el resto de partidos dentro y fuera del debate.

Ha sido el caso de la portavoz de UPyD, Rosa Díez, quien ha lamentado que "con la que ha caído", Rajoy no haya tenido "la deferencia siquiera" de cumplir con su obligación de dar explicaciones a los españoles a través de sus representantes", algo que a su juicio es "inexcusable e inentendible".

Más allá han ido los diputados de la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), que han abandonado la sala y han renunciado a defender sus peticiones al entender que este debate se había convertido en una "farsa", tal y como lo ha descrito su portavoz, José Luis Centella.

Josu Erkoreka, del PNV, ha optado por una broma: ha recordado las palabras de la canciller alemana, Angela Merkel, en las que insinuaba que la compra de deuda por parte del BCE podría ser "adictiva" para asegurar al partido del Gobierno que las comparecencias son "saludables" y no crean dependencia.

Y tampoco le ha faltado ironía al portavoz de ERC, Alfred Bosch, quien consciente de la negativa del PP ha señalado que, puestos a pedir, él querría que compareciese el rey en el Congreso.

Frente a las críticas de la oposición, que han acusado directamente al Gobierno de impedir el debate parlamentario y retrasar la celebración de la Diputación Permanente, el presidente de la Cámara, Jesús Posada, ha asumido toda la responsabilidad de la convocatoria.

No obstante, Posada también ha recordado que en julio hubo "cierto consenso" de los grupos políticos para no celebrar la reunión hasta esta última semana de agosto, a pocos días de que se reanude la actividad ordinaria.