Un grupo de peritos, con la autorización del juez del caso de Ruth y José, José Luis Rodríguez Lainz, han recogido este jueves muestras de ADN del padre de los niños, José Bretón, para comparar con los restos óseos de la hoguera de la finca de Las Quemadillas, de Córdoba, en caso de que se hallara ADN en dichos restos.

Así lo han confirmado a Europa Press fuentes cercanas al caso, que han detallado que lo que se ha realizado en el Centro Penitenciario de Alcolea, donde se encuentra interno Bretón desde el 21 de octubre, han sido "las pruebas indubitadas, que consisten en introducir en la boca del preso dos bastoncillos para sacarle saliva", a fin de extraer el ADN.

Mientras, a la madre de los niños, Ruth Ortiz, ya se le han tomado con anterioridad dichas muestras, tal y como ha informado su abogada, María del Reposo Carrero. Estas pruebas se realizan a tenor del informe solicitado por el juez para intentar hallar ADN de los dos niños en los restos óseos de la hoguera, que tres informes anteriores confirman que son de humanos, aunque por el momento no ha trascendido que se haya conseguido el ADN de dichos restos.

Al respecto, los restos óseos fueron extraídos de una hoguera en la que se aplicó una plancha metálica que elevó la temperatura de las llamas a entre 650 y 800 grados, una temperatura difícil para conservar muestras de ADN, como se detalla en la investigación.

En concreto, en el último auto, por el que se imputa al padre de los niños por la supuesta comisión de dos delitos de asesinato con alevosía, el juez argumenta que Bretón, "tras matar a sus dos hijos, lo más probablemente al llegar a la parcela", en Las Quemadillas, y sin que se pueda establecer la forma en la que lo hizo, "trató de hacer desaparecer sus cadáveres quemándolos en lo que diseñó como un auténtico horno o pira funeraria", sobre "un fondo de leña de olivo en forma más o menos rectangular", en la que supuestamente colocó "los cuerpos de los dos menores". Algo que, según el togado, está "demostrado empíricamente".

Asimismo, relata que "los cuerpos estarían posiblemente cubiertos por una sábana o cortinas de las que no se encontraron en los registros; muy probablemente José vertería importantes cantidades de gasoil sobre los cuerpos o sobre la leña, con miras a conseguir que la hoguera alcanzara elevadísimas temperaturas durante un prolongado espacio de tiempo". Cabe recordar que los agentes comprobaron en la investigación que Bretón compró unos 140 litros de gasoil antes de acudir a Córdoba el 7 de octubre.

Posteriormente, "sobre la pira, José colocaría la estructura metálica de mesa de forma rectangular que se encontró junto a la hoguera en el primer registro", y agrega que "la mesa serviría de parapeto, sobre el que posiblemente descansaría una especie de plancha o montículos que hicieran concentrar aún más el calor", con el fin de actuar, en palabras del juez, como si fuera "un horno".

Cuando Bretón calculó que "la incineración pudiera haber tenido finalmente lugar (el volumen de la ceniza y la existencia de ascuas impediría un análisis concienzudo) retiraría la mesa y el material utilizado de parapeto, consiguiendo de este modo, posiblemente con la ayuda de ropas sintéticas o simplemente por oxigenación provocada por la retirada de obstáculos, o manipulación de ascuas, que la llama se avivara en el entorno de las 17,14 horas". Precisamente, los técnicos del Infoca alertaron sobre esa hora de una columna de humo, procedente de la zona de la finca.