El principal sospechoso de la agresión mortal de un estudiante de extrema izquierda el miércoles, en una calle comercial del centro de París, es un joven de 20 años natural de Cádiz vinculado a un grupúsculo de extrema derecha, indicó hoy la policía.

Esteban M. nació en Cádiz en 1992, tiene nacionalidad francesa y está vinculado a las Juventudes Nacionalistas Revolucionarias (JNR), explicó a Efe un portavoz de la Prefectura de Policía, que señaló que el sospechoso ha reconocido su implicación en la muerte de Clément Méric, aunque puntualizando que actuó en defensa.

El portavoz dijo que Esteban M. ha subrayado en sus primeras declaraciones, desde que fue arrestado ayer a primera hora de la tarde en Saint Ouen, ciudad de la periferia norte de París, que con sus otros amigos "reaccionó en defensa" en el altercado que los enfrentó a un grupo de jóvenes izquierdistas.

También insistió en que no tuvo intención de matar, añadió la Prefectura de Policía.

La detención de este cabeza rapada, cuya fotografía fue publicada por la televisión "M6", se produjo en la calle junto a otras tres personas (una de ellas una mujer) que los investigadores creen que también estaban presentes en la pelea, que tuvo lugar en la calle Caumartin, una zona muy comercial cerca de la estación de Saint Lazare.

Según varios testigos, Esteban M. golpeó con un puño americano a Méric -estudiante de Ciencias Políticas de 19 años y miembro de una asociación antifascista-, y al caer se dio en la cabeza con un bolardo metálico lo que le produjo una fuerte hemorragia. Quedó tendido inconsciente en el suelo.

La pelea comenzó como una discusión subida de tono en una tienda donde al parecer coincidieron de forma fortuita los dos grupos de jóvenes, los antifascistas y los cabezas rapadas.

Una vez expulsados, llegaron a las manos cuando estaban en la calle, con diferentes versiones sobre quiénes fueron los que empezaron a pegar.

La muerte de Méric generó desde la primera hora de la mañana de ayer reacciones en cadena de toda la clase política francesa, con llamamientos a la prohibición de las facciones de la extrema derecha de carácter violento.

Hoy el ministro de Interior, Manuel Valls, avanzó que "sin duda" se disolverán, aunque puntualizó que hace falta "un poco de tiempo, mucha determinación, pero también método y respeto de los procedimientos".

En una entrevista a la emisora de radio "RMC", Valls señaló que en Francia hay "varios cientos de individuos" en esos movimientos y se revelan "muy violentos", "racistas, antisemitas y homófobos" y además "contestan la autoridad de la República e incluso la quieren derrocar".

"Esos grupos son peligrosos" y han reaparecido en la plaza pública con motivo de las manifestaciones contra la nueva ley del matrimonio homosexual, comentó el ministro.