Pese a que se trata de la octava operación a la que el Rey se somete en tres años y medio, tanto él como la Familia Real se muestran optimistas ante la noticia de que tendrá que pasar otra vez por el quirófano; el Monarca ha reaccionado "maravillosamente" bien y quiere atajar "cuanto antes" el problema.

Así lo ha explicado en rueda de prensa en el Palacio de la Zarzuela el jefe del Servicio Médico de la Casa del Rey, Miguel Fernández-Tapia, quien ha señalado que aunque las recaídas en una recuperación, como la que ha sufrido Don Juan Carlos, desaniman a cualquier paciente, él ha aceptado bien este "contratiempo".

"Se lo ha tomado como siempre: atajar cuanto antes el problema y dar la solución lo más rápidamente posible", ha añadido el médico, quien ha recalcado que su estado anímico es "muy bueno".

En el seno de la Familia Real, saber que Don Juan Carlos padece una infección en la cadera se ha acogido "con la natural preocupación", ha explicado el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, pero una vez que se ha conocido la causa de la dolencia y se dispone de un médico de absoluta confianza para operarle, "tanto el Rey como su familia sienten un gran alivio".

"Se puede empezar a ver la luz al final de este breve túnel que ha sido el pequeño retroceso en la recuperación", ha añadido gráficamente Spottorno, quien ha insistido en que si antes había preocupación "ahora hay optimismo y un cierto alivio".

De hecho, fue el miércoles pasado, justo antes de que llegaran al Palacio de la Zarzuela los reyes de Holanda, Guillermo-Alejandro y Máxima, en visita oficial, cuando la Reina supo que su esposo padecía una infección en la cadera.

Los medios de comunicación captaron esa mañana el momento en que doña Sofía besó al Rey en la mejilla mientras ambos aguardaban, junto a la infanta Elena, la llegada a Zarzuela de los reyes de los Países Bajos, acompañados de los Príncipes de Asturias.