La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha dado por hecho este lunes que la huelga de limpieza de la ciudad, finalizada este domingo, ha tenido algo de pulso político contra ella, aunque ha incidido en que los atacados han sido los madrileños: "A mí siempre me tratan de echar un pulso político", ha respondido, preguntada si interpretaba de este modo los paros.

No obstante, en declaraciones a la Cope recogida por Europa Press, ha dejado claro que no se ha sentido atacada por la huelga, sino que "a quien han atacado es a los madrileños" --"que me ataquen a mí es totalmente secundario", ha dicho--.

Además, ha denunciado que en los 13 días de huelga "se ha tratado de llevar a la ciudad a una situación límite" convirtiendo una huelga de limpieza en una de recogida de basuras y no cumpliendo los servicios mínimos. "Nos tenemos que acostumbrar a cumplir la ley", ha advertido.

La alcaldesa ha aprovechado para volver a reclamar una ley de huelga, algo que ha calificado de "vieja reivindicación de la sociedad española", porque cree que "no se puede consentir" que se llegue a situaciones como convertir en "rehenes a los madrileños".

También ha vuelto a subrayar que la reforma laboral ha permitido reducir costes laborales sin recurrir a despidos. Botella sólo se ha remitido a esta explicación preguntada cómo es posible que la negociación entre empresas concesionarias y trabajadores haya permitido pasar de los más de 1.400 despidos que preveían las empresas a un expediente de regulación temporal de empleo.