Casado y con dos hijos, Agustín Comerón, natural de Badajoz pero residente en Mallorca, era un piloto veterano que nunca perdió su pasión por volar. Ni siquiera cuando, como le ocurrió a Isabel Gost y a miles de trabajadores más, el cierre de Spanair le ancló en tierra. Comerón (de unos 48 años, cuentan sus conocidos) ha buscado nuevas opciones, y acabó pilotando en Africa el McDonnel Douglas 83 de Swiftair en el que ayer comandaba el vuelo, una de esas grandes rutas que, según explican quienes le conocían, le encantaba recorrer.

Isabel Gost

Apasionada del aire, Isabel Gost vivía con las raíces en la misma tierra de sa Pobla que cultivan sus padres. "Hay que volar con los pies en el suelo", decía Isabel Gost, de 40 años, en una entrevista publicada en 2012 por la revista de Spanair, su compañía desde que entró en 1995 como planificadora de vuelos hasta el día del cierre. Después estuvo más de un año sin volar y fundó la guardería Confit a 200 metros de su casa, el casal de can Gaieta, un edificio con historia: durante años peleó con el Ayuntamiento para tratar de preservar su identidad y su historia. Esta piloto que formó parte de la primera promoción de mujeres de Son Bonet buscó nuevos horizontes en los cielos de África, hasta donde se desplazó para empezar la ruta que ayer no completó. "Si la situación es mala habrá que trabajar más y ganar menos. No hay más salida. Tengo mis principios y educación, no puedo decir otra cosa", contaba la propia Gost.

Raúl Montero

Raúl Montero Rodríguez, el auxiliar de vuelo donostiarra del avión de Swiftair que se estrelló ayer en Mali, era un joven "muy abierto" al que "le apasionaba viajar" y que abandonó su trabajo en un hotel donostiarra para estudiar en una academia de Madrid con el fin de cumplir su anhelo.

Donostiarra de 28 años, sus padres regentan una cafetería-panadería de la cadena "Lekuona" ubicada al lado de la catedral del Buen Pastor de San Sebastián, donde ayer recibieron la noticia del accidente aéreo.

Raúl Montero estudió en el colegio Mundaiz de San Sebastián y después se graduó en Turismo en la Universidad de Deusto, en el campus que tiene en la capital donostiarra.

En su afán por conocer el mundo, abandonó su trabajo fijo en un hotel donostiarra ubicado a escasos metros de la playa de La Concha para desplazarse a Madrid para hacer el curso de auxiliar de vuelo en la academia Air-Hostess. Una vez obtenida la titulación comenzó a trabajar para Swiftair el pasado año.

Federico Cárdenas

Por su parte, Federico Cárdenas, vecino de Móstoles y militante de UPyD, es otra de las seis víctimas mortales españolas del avión siniestrado de Swiftair fletado por Air Algerie y que desapareció este jueves tras despegar de Uagadugú.

El alcalde de Móstoles, Daniel Ortiz, firma un comunicado en el que traslada la "solidaridad y cariño" del municipio "a los familiares de Federico Cárdenas, vecino de la localidad e integrante de la tripulación del avión de Swiftair estrellado cuando sobrevolaba el norte de Mali llevando a bordo 110 pasajeros". El regidor también ha trasladado su solidaridad a UPyD, formación política en la que militaba.

Los otros tres españoles que componían la tripulación eran los también madrileños Rafael Gasanalieb y Miguel Ángel Rueda.