El hasta ahora director de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, Álvaro Nadal, se convertirá en el nuevo ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, conforme al organigrama diseñado por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para la presente legislatura.

En materia nuclear, Nadal hereda la decisión de renovar o denegar la autorización a la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) para que siga produciendo electricidad. Sin embargo, antes de tomar la decisión el nuevo Gobierno deberá recibir el informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) al respecto, que será preceptivo si es favorable a la continuidad, y vinculante, en caso de que el regulador estime que la planta no debe seguir abierta.

Al mismo tiempo, el Ejecutivo de Rajoy tendrá que dar una solución a los residuos nucleares españoles, pues el Parlamento instó al Gobierno en 2004 a construir un almacén temporal centralizado (ATC) de residuos nucleares de alta actividad pero hasta final de 2011 no se eligió la ubicación del mismo, en Villar de Cañas (Cuenca).

Agenda digital

Nadal se situará al frente de un Ministerio de nueva creación, que sustituye en buena parte al anterior Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Si Energía y Turismo se mantienen como rúbricas de cabecera, la Agenda Digital gana peso y el área de Industria pasa a depender del también nuevo Ministerio de Economía, Industria y Competitividad.

El nuevo Ministerio colma en parte las expectativas del sector de las telecomunicaciones, que reclamaba una mayor consideración dentro de las funciones de Gobierno, mientras que deja al sector energético sin la vinculación con Medio Ambiente reclamada desde diferentes empresas. El sector turístico reclamaba un Ministerio propio, pretensión que no se ha visto cumplida.

Vida personal

El nuevo ministro nació el 30 de enero de 1970 en Madrid, está casado y tiene dos hijos. Es licenciado en Económicas y Empresariales y Derecho y ha realizado cursos de doctorado en la Universidad de Harvard. Fue número uno en la oposición al Cuerpo de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado, un puesto por delante de su hermano gemelo, Alberto, hasta ahora secretario de Estado de Energía.

El nuevo ministro deberá dirigir la política energética conforme a los objetivos de la Unión Europea de avance en materia medioambiental. No solo habrá de afrontar el reto de cumplir el objetivo comunitario de que el 20% de la energía final proceda de renovables en 2020, sino que también deberá defender el legado de su hermano gemelo, Alberto, artífice de la reforma eléctrica.

El contenido de esta reforma, que incluyó un recorte de 2.700 millones a las empresas, se plasmó en una nueva Ley del Sector Eléctrico, en la que se recoge un sistema de retribución para las renovables y las redes eléctricas conforme a una rentabilidad razonable para toda la vida útil del activo calculada a partir de los bonos del Estado más un diferencial.

Ahora, Álvaro Nadal deberá completar los desarrollos normativos pendientes y hacer frente a la 'prueba de estrés' de los tribunales, en la que se verá qué parte de la reforma sobrevive a la alta litigiosidad provocada. El Tribunal Supremo ya ha avalado los recortes a las renovables, que están aún pendientes de resolución en los tribunales de arbitraje internacional, si bien ha tumbado su mecanismo de financiación del bono social.

Sobre la mesa, Nadal se encontrará también con asuntos como las subastas de nueva capacidad de renovables, el posible desarrollo de una normativa sobre autoconsumo menos restrictiva, la aplicación de los superávit de tarifa o la necesidad de evitar subidas de la luz. También deberá supervisar de forma transversal los diferentes proyectos económicos y empresariales para que se ajusten a los objetivos climáticos.

El Ministerio dirigido por Nadal será también el responsable de definir la nueva agenda digital para España en los próximos años, ya que la que está actualmente en vigor fue aprobada en febrero de 2013.

La agenda digital establece un marco de referencia para fijar una hoja de ruta en materia de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y de administración electrónica, así como la estrategia de España para alcanzar los objetivos de la Agenda Digital para Europa, fijados para el año 2020.

El sector TIC había demandado dar un mayor peso en el Ejecutivo a los asuntos relacionados con la digitalización de la economía, dado la velocidad con la que se producen los cambios tecnológicos y su impacto en todos las áreas de la economía y la sociedad.