Un barco de científicos españoles, el 'Ángeles Alvariño' ha sido intimidado por la armada británica mientras realizaba labores de estudio en agua que estarían en disputa entre España y el Reino Unido en el entorno del peñón de Gibraltar. Así lo han denundicado varios científicos y el propio Instituto Español de Oceanografía (IEO).

El buque, con base en Vigo, fue rodeado por la Royal Navy, algo que ha ocurrido en anteriores ocasiones con otros equipos científicos. Pero por primera vez las acciones suspusieron el intento de amedrentar a la tripulación mediante el lanzamiento de bengalas.

Desde el IEO han explicado a Faro de Vigo que el barco se encuenta realizando una misión para estudiar los riesgos geológicos asociados al cañón submarino de Algeciras. "En su trabajo tienen que detenerse para tomar mediciones", expone un portavoz del instituto.

"En otras ocasiones la armada británica ha protestado al entender que esas aguas pertenecen a Reino Unido, aunque estén en discusión", expone, pero ésta "es la primera vez que se produce un lanzamiento de bengalas".

El barco, tras verse rodeado por la Royal Navy, fue obligado a retomar su rumbo hacia aguas españolas, escoltado por buques británicos. Desde el IEO consideran que se ha tratado de una actitud "intimidatoria" la adoptada por Reino Unido.

España protestará ante Reino Unido

España protestará de manera formal ante Reino Unido por la "interferencia" de dicha embarcación de la Royal Navy, han informado a Europa Press fuentes diplomáticas.

El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación español aún no ha concretado bajo qué fórmula se elevará esa protesta, si se hará a través de una nota verbal -el escrito oficial más común entre Embajadas- o si se optará por convocar al embajador británico en Madrid.

Contensioso

España y Reino Unido mantienen un contencioso en torno a las aguas que rodean el Peñón. España considera que esas aguas son españoles puesto que por el Tratado de Utrecht de 1713 cedió solo a la Corona británica la ciudad y el castillo de Gibraltar, junto a su puerto, defensa y fortaleza, pero no el istmo que une al Peñón con la Península ni las aguas circundantes. De ahí que España solo reconozca a Reino Unido soberanía sobre las aguas del interior del puerto.

Londres en cambio viene reclamando hasta tres millas náuticas en virtud de la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar, posterior a Utrecht y que atribuye a cualquier territorio las aguas adyacentes.