Pedro Sánchez vuelve a la primera línea de la política con su decisión de presentarse a las primarias del PSOE. Una decisión en la que han tenido un papel decisivo los apoyos que ha recibido de parte de los críticos a la Gestora socialista, la misma que asumió la dirección del partido tras la dimisión de Sánchez en octubre de 2016.

El exlíder del PSOE es el segundo candidato al puesto de secretario general, tras presentarse Patxi López el pasado 15 de enero. En el aire está aún la candidatira de Susana Díaz.

Sánchez vuelve ahora para liderar sus opciones dentro de un partido en el que su trayectoria ha estado marcada por las dos elecciones generales, de diciembre de 2015 y junio de 2016, en las que quedó lejos de batir al PP pero contuvo el paso de Podemos.

Sánchez, licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, es padre de dos niñas con su mujer, Begoña Gómez: Ainhoa, de 10 años y Carlota, de 8. El líder del PSOE contrajo matrimonio con su esposa en 2006 en una ceremonia oficiada por la exministra Trinidad Jiménez, a la que considera su madrina política.

La pareja vive en Pozuelo de Alarcón (Madrid), lleva a sus hijas a un colegio público y una de las grandes pasiones es el baloncesto. Comenzó en el Instituto Maeztu de Madrid y llegó a jugar en el Estudiantes hasta los 21 años, cuando decidió colgar las botas para centrarse en sus estudios.

El año 2014, la trayectoria del diputado Sánchez marcó un punto de inflexión. Cuando en mayo de 2014 Alfredo Pérez Rubalcaba decidió abandonar la Secretaría General del PSOE, muchos fueron los que pidieron nuevas caras que lideraran un partido en horas bajas. Fue entonces cuando Pedro Sánchez, por aquel entonces diputado por Madrid, decidió presentarse a las primarias socialistas con un objetivo claro: romper con el pasado del partido y recuperar la ilusión de los votantes.

Finalmente Sánchez logró imponerse a sus dos oponentes, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias. En pocas semanas, un militante desconocido para la gran mayoría de votantes lograba hacerse con la Secretaría General y, entonces, llegaron las inevitables comparaciones con José Luis Rodríguez Zapatero.

Muy pronto, en febrero de 2015, vivió una primera crisis en el partido al destituir a Tomás Gómez como secretario general del PSOE en Madrid, sustituyéndole por una gestora.

A finales de junio de 2015, el Comité Federal del PSOE proclamó a Sánchez como candidato a las elecciones generales del pasado 20D, otro hito en su trayectoria. Ese mismo día nombró a César Luena como su número dos.

En las elecciones generales de 2015, el PSOE repitió como segunda fuerza política con 90 diputados, aunque sacó el peor resultado de su historia en porcentaje de votos.

Tras varias semanas de negociaciones y de rondas de consultas con Felipe VI, el Rey le propuso como candidato a ser investido presidente del Gobierno el 2 de febrero de 2016.

A finales de ese mismo mes, Sánchez firmó un pacto con el líder de Ciudadanos Albert Rivera de cara a su investidura, pero finalmente no obtuvo los apoyos necesarios para ser investido el 4 de marzo y se convirtió en el primer presidente fallido de la historia de la democracia con 131 votos a favor (PSOE, Ciudadanos y Coalición Canaria) y 219 votos en contra (el resto de diputados).

Sánchez volvió a ser el candidato del PSOE el 26J, en los segundos comicios en menos de seis meses. El resultado, 85 diputados, empeoró el del 20D, pero el partido se consoló al evitar el 'sorpasso' de Podemos que algunas encuestas habían pronosticado.

El líder del PSOE rechazó cualquier tipo de negociación para apoyar o abstenerse ante un gobierno de Mariano Rajoy y del PP y recuperó la idea de un gobierno de "cambio". Sin embargo, y tras un convulso Comité Federal, Sánchez vio como sus ideas eran rebatidas por la mayoría de los miembros del Comité. Al no aprobarse su propuesta para celebrar un Congreso Federal, dimitió como había prometido, mientras un Gestora se hacía cargo del partido.

Posteriormente, entregó su acta como diputado y se apartó de la primera línea política, aunque aseguró que viajaría por distintas ciudades para captar apoyos de cara a optar de nuevo a liderar el PSOE.

Ahora, con menos apoyo que cuando se fue tras la aparición de la candidatura de Patxi López, Pedro Sánchez se enfrenta a un reto más en su convulsa carrera política.