Al menos dos agentes de la Policía Nacional resultaron heridos este viernes por la noche en un motín que se produjo en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Sangonera.

Estas dependencias están «a tope», aseguraban recientemente desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Murcia. Hasta el punto de que muchos de los inmigrantes que van llegando, y que no tienen sitio en las instalaciones, son llevados en furgoneta hasta la comunidad autónoma de Cataluña, explicaron entonces.

Con la llegada de decenas de inmigrantes en patera a las costas de la Región este viernes, el CIE sigue desbordado. Organizaciones no gubernamentales han denunciado en numerosas ocasiones las «deplorables» condiciones en las que se encuentran los internos de este tipo de centros, cuyo cierre se ha pedido de forma reiterada en toda España.

En cuanto al motín de este viernes, desde el Centro de Coordinación de Emergencias confirmaron que mandaron sanitarios en dos unidades médicas de emergencias a Sangonera, a petición de la Policía Nacional.

Al parecer, todo comenzó cuando varios internos atacaron con palos y hierros a los agentes de Policía Nacional. Según apuntaron fuentes cercanas, al menos 30 extranjeros lograron escapar en la revuelta.

«Hemos tenido que salir corriendo», explicaban dos empleadas del centro, que trabajan en la cocina. Una de ellas lleva apenas dos semanas; la otra, un día.

"Han roto las verjas de las puertas", aseguraron estas trabajadoras, que detallaron que el motín comenzó sobre las nueve de la noche y que, al parecer, estaba organizado, ya que los inmigrantes «salieron de golpe, corriendo».

Los extranjeros, según las primeras informaciones, reventaron la reja que separa el salón de la cocina y por estas dependencias se escaparon. Fue entonces cuando los policías les hicieron frente. Los agentes heridos sufren contusiones, aunque su estado no reviste gravedad.

Fuentes cercanas indicaron que habitualmente no llegan ni a la decena los agentes que trabajan en el Centro de Extranjeros de Murcia, aunque admitieron que la presencia policial se reforzó después de los motines del pasado año 2016.