El nuevo Parlament de Cataluña elige este miércoles a la Mesa de la cámara, una decisión relevante por su capacidad para decidir sobre la interpretación del reglamento, clave si la mayoría independentista busca forzar la votación de un candidato que, como Carles Puigdemont, se encuentra huido en Bruselas.

En todo caso, las opciones de que esa iniciativa prospere parecen escasas. Al margen de las diferencias de estrategia en el seno del propio bloque independentista, el horizonte legal no prevé un escenario semejante. La opción de investir a un presidente a distancia ya se ha topado con el rechazo de los letrados del Parlament, y el Gobierno de Mariano Rajoy

Los letrados de la cámara ya han advertido de que los ocho diputados encausados y encarcelados o huidos no pueden delegar su voto porque consideran que no cumplen ninguno de los supuestos del Reglamento de la Cámara para hacerlo.

La Mesa de Edad

Sin embargo, los letrados consideran que la última palabra la tiene la Mesa de Edad que presidirá la sesión constitutiva, antes de la elección de la definitiva, y que forman el diputado de más edad y los dos más jóvenes, por lo que estará compuesta por tres diputados de ERC: Ernest Maragall, Ruth Ribas y Gerard Gómez del Moral.

Después, en una hipotética, investidura, y más allá de las advertencias deslizadas por ERC, los independentistas deberán decidir si optan de nuevo por forzar la situación para ir a otro escenario de judicialización.

De momento, de cara a la constitución del Parlament, el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena declaró el viernes la incapacidad legal prolongada para ir a la cámara de los investigados en prisión preventiva, lo que incluye al exvicepresidente Oriol Junqueras, al exconsejero Joaquim Forn y a Jordi Sánchez.

Más dudas hay sobre si estos diputados electos pueden o no delegar su voto. Llarena dejó la decisión en manos del Parlament, y los letrados de la cámara ya han puesto entre interrogantes esta posibilidad. En una situación muy complicada se encuentran igualmente los electos imputados y huidos a Bruselas. Ahora deberán decidir si optan por entrar en la cámara, a riesgo de poner en juego la mayoría independentista, o si renuncian a sus escaños para que los ocupen otros nombres de sus listas electorales.