El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha rebajado este jueves a cinco la cifra de heridos graves, uno de ellos por impacto de pelota de goma, a consecuencia de la actuación policial para impedir el referéndum del 1 de octubre. También ha reconocido que su Departamento no tiene datos concluyentes, "a ciencia exacta", sobre quién compró los contenedores de plástico usados como urnas.

En su comparecencia en el Senado, ha descartado que la Generalitat o las organizaciones independentistas llevaran a cabo directamente la gestión de la compra de las urnas y ha apuntado a la colaboración que prestaron 40.000 voluntarios movilizados para los preparativos del 1-O.

"Sin urnas es evidente que no hay referéndum", ha reconocido Zoido, respondiendo a las preguntas de algunos grupos de la oposición que han hablado abiertamente de fallo en este sentido de los Servicios de Información. El problema, según el ministro, es que las Fuerzas de Seguridad, incluido los Mossos, se "esmeraron" en buscar las habituales urnas de procesos electorales, y no contenedores opacos de plástico.

Zoido ha apuntado a las nuevas y modernas empresas de envíos antes de detallar: "Sí estoy absolutamente convencido de que ningún encargo se hizo a nombre de la Generalitat ni de organizaciones que le han dado cobertura, tampoco han entrado a través de contenedores en el puerto o aeropuerto. Todavía a ciencia exacta no se sabe el procedimiento de entrada".

Código para contabilizar mareos como heridos

En su turno de réplica en el Senado, Zoido ha cifrado en cinco los heridos graves durante el 1-O, de los 1.066 contabilizados por la Generalitat, aunque sólo uno lo fue por el uso de pelotas de goma en un caso en el que la Policía se vio "absolutamente acosada". Se refería al caso de Roger Español, por el que se había interesado el PDeCAT y ERC.

Tras el debate generado por el recurso de este material antidisturbio que no está permitido en Cataluña por la polémica generada en el pasado al ser usada por los Mossos, Zoido ha justificado su uso "puntual" el 1-O en un único colegio y cuando la Unidad de Intervención Policial (UIP) se retiraba del punto de votación. El herido arrojó vallas contra los furgones policiales, participando de un "tumulto" que trataba de impedir el paso de la comitiva policial. "Fueron absolutamente acosados", ha enfatizado.

El titular de Interior ha cuestionado los datos de heridos ofrecidos por la Generalitat. El 82,5% de los más de mil heridos lo fueron por contusiones leves, según la información del Gobierno, y los cinco graves fueron por el impacto de la pelota de goma, uno más por un infarto y tres por traumatismos.

Ha recordado la foto del guardia civil que conminó a un padre que no forcejeara con los agentes teniendo a su hijo en hombros --"¿esto fue violencia?"-- y también ha llegado a criticar la "confusión deliberada entre atendidos y heridos". Según Zoido, se registraron "ansiedades por ver las cargas por televisión" y también "se creó un código especial para registrar mareos".

Crítica a los Mossos

Zoido ha lamentado los heridos, también por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Sus datos son que once agentes fueron atendidos por heridas, de los que diez solicitaron la baja. Otros 431 resultaron contusionados tras una actuación policial durante el 1-O en la que se utilizó la fuerza "proporcional" en 54 colegios electorales, generando "problemas" en once de ellos.

En concreto, ha criticado la actuación de los Mossos d'Esquadra encabezados por el entonces mayor Josep Lluís Trapero. "Tendrían que haber cumplido los días antes y esa madrugada", ha dicho aludiendo continuamente a las instrucciones "precisas" de la Fiscalía y del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

En este sentido, ha dado un dato "curioso": los mossos desplegaron 7.850 agentes el 1-O en "un día de crispación y tensión", frente a los 11.565 de las elecciones del 21 de diciembre desarrolladas en un clima tranquilo.

Según el ministro, lo acordado por la autoridad judicial, y aceptado por el mayor Josep Lluís Trapero bajo la coordinación asignada al coronel Diego Pérez de los Cobos, era que la Policía y la Guardia Civil se desplegara el 1-O "a partir de las nueve de la mañana" en auxilio de los Mossos, que debían haber impedido la votación a las seis de la mañana.

Vista la situación, hubo una primera petición de auxilio a las ocho de la mañana. Y a las 9 horas se desplegaron policías y guardias civiles con el cometido exclusivo de retirar el material del referéndum, imposibilitando su celebración de forma complementaria a las actuaciones para impedir el voto telemático o usar el censo que llevó a cabo "sobre todo" la Guardia Civil.

Tras la "corrección" de la juez del TSJC Mercedes Armas al fiscal superior de Cataluña, los Mossos se encargarían de las actuaciones previas al 1-O. La Policía y la Guardia Civil, según Zoido, tenían una misión complementaria "al mediodía", cuando otras unidades dieron cobertura a las de intervención para evitar que hubiera "disturbios". "No hubo ninguna orden de actuar en un momento determinado ni tampoco que tuvieran que cesar", ha sostenido.

La oposición preguntan por el imán de Ripoll

Los partidos nacionalistas han sido los más críticos por la "violencia del Estado" durante el 1-O. El portavoz de PDeCAT, Josep Lluìs Cleries, ha inqurido al ministro si ese 1-O se lanzó la orden de "desencadenar violencia" en Cataluña "para justificar una intervención policial o militar". Zoido se ha mostrado sorprendido por esta sugerencia: "Nadie ha pretendido provocar para después justificar la reacción policial".

La comparecencia ha servido también para que Cleries y otros senadores lanzaran preguntas sobre las colas en el aeropuerto de El Prat o sobre el imán de Ripoll y cerebro del atentado de agosto en Cataluña.

Por parte del PSOE, Francisco González Cabaña ha explicado que su partido no se opone al despliegue policial ni al dispositivo llamado Copérnico, sino las órdenes que recibieron los agentes en las primeras horas del 1 de octubre "con las consecuencias conocidas". El ministro ha revelado que el nombre de Copérnico se usó en alusión al "giro copernicano", como metáfora de la necesidad de volver a la ley.

El PSOE, uno de los que había pedido la comparecencia, ha acusado a Interior de haber actuado con improvisación y ha dicho que fue la "ineptitud" de los altos cargos del Ministerio la que puso "en la picota" a los agentes y permitió que se pusiera en duda la legitimidad del Estado para defender el orden constitucional. También ha encontrado algo ingenuo que se confiara en la colaboración de los Mossos. "Como hiciera Felipe II con la armada invencible, mandó a los barcos a luchar contra los elementos. Nunca más", ha concluido el portavoz.