Los tres barcos con los 630 inmigrantes (130 de ellos menores) rescatados por el buque humanitario Aquarius en el Mediterráneo central llegaron este domingo al puerto de Valencia (este de España), donde son atendidos por 2.300 profesionales de varias especialidades.

Primero atracó la patrullera de la guardia costera italiana Dattilo, con 274 personas; después el propio Aquarius, de la ONG francesa SOS Mediterranèe (106); y finalmente llegó el barco de la Marina italiana Orione (250), tras ocho días de travesía.

España decidió acogerlos después de que Italia y Malta se negaran hace una semana a que desembarcaran en su territorio.

El Gobierno español les ofrece un permiso de estancia de 45 días en su territorio, tras determinar que se trata de una entrada extraordinaria "por razones humanitarias", dijo a la prensa un responsable de la Comisaría de Extranjería de la Policía española.

Tras ese período tendrían que regularizar su situación, bien pidiendo asilo o bien pidiendo la residencia, según lo que establezca la ley de extranjería. Hasta ahora, ninguno de los inmigrantes ha aportado documentación.

Entre cánticos y sonrisas empezaron a llegar los primeros inmigrantes de la flotilla, con la patrullera Dattilo a la cabeza, que entró en la bocana del puerto de la ciudad española de Mediterráneo a las 6.30 horas de hoy (4.30 GMT) ante la expectación de numerosos medios de comunicación.

Personal de sanidad exterior subió a la embarcación para una primera clasificación de los 182 hombres, 32 mujeres y 60 menores no acompañados, tras lo cual comenzó el desembarco por grupos, según el protocolo de la operación "Esperanza del Mediterráneo"

El personal médico que los atendió detectó un mayor número de patologías que las esperadas, aunque en general son leves y causadas por los días de hacinamiento, escoriaciones, quemaduras por el contacto del fuel de las embarcaciones con el agua del mar y malestar en general.

Según Cruz Roja, el estado general de los inmigrantes es "bueno" y "aceptable" para los días de travesía y que llegaron "animados, sonrientes y tranquilos", aunque "cansados". Las mujeres embarazadas y menores con patologías fueron enviados a hospitales; y el resto, a un centro en la localidad valenciana de Cheste.

Cuatro horas después entró en el puerto el Aquarius, con 106 inmigrantes: 51 mujeres, 45 hombres y diez menores de edad.

La llegada de los inmigrantes se completó con el Orione, que entró en el puerto en torno a las 13:00 horas (11.00 GMT) con 228 hombres y 22 menores de edad no acompañados a bordo.

Vulnerables

A bordo del Aquarius viajaban los migrantes considerados más vulnerables, como seis mujeres embarazadas, una decena de menores y una veintena de personas con quemaduras provocadas por la mezcla del fuel de los motores de las embarcaciones en las que viajaban y el agua salada del mar.

Precisamente por eso el Aquarius ha atracado detrás del Dattillo, con el fin de preservar más la intimidad de los inmigrantes, que en general han llegando "contentos" pero "agotados" a Valencia, según han explicado fuentes del dispositivo de atención.

El primero, el Dattilo

Unas horas antes, la llegada del Dattilo al puerto de Valencia, a bordo del cual viajan 274 personas de la flotilla del Aquarius, fue recibida con aplausos y muestras de alegría por parte de los inmigrantes, según explicaron fuentes de Médicos Sin Fronteras.

El Dattilo llegó poco antes de las 6.30 horas de este domingo a la bocana del puerto de Valencia, escoltado por dos lanchas de la Guardia Civil, y atracó veinte minutos después en el muelle 2 de cruceros.

Con la llegada al puerto de Valencia del primer barco de la flotilla del Aquarius se puso en marcha el dispositivo formado por 2.300 personas para dar la primera atención a los 630 migrantes.

El primer paso fue que personal de Sanidad exterior subiera al barco para hacer un primer triaje de los pasajeros, tras lo cual sobre las 7.20 horas comenzaron a descender de la patrullera de la guardia costera italiana los primeros migrantes en pequeños grupos.

Tras una primera atención médica, el siguiente paso fue proceder a la identificación y documentación de los migrantes, una labor de la que se encargaron un total de 356 policías de distintas especialidades.