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Empleo

El mejor trabajo del mundo

Gema López, elegida entre millares de candidatos, viaja gratis y con sueldo durante un año gracias a un proyecto benéfico internacional

La joven Gema López, en el centro en primera fila, con sus compañeros de viaje. Levante-EMV

Si viajar durante un año por medio mundo con todos los gastos pagados, vacaciones incluidas, podría considerarse una oportunidad única, hacerlo ganando un sueldo de 2.500 euros al mes sería para muchos el trabajo ideal. Pues ésa es la ocupación actual de Gema López, una praviana de 36 años, elegida junto a otras once personas entre más de 45.000 aspirantes de todo el planeta para participar en "World Life Experience", un proyecto filantrópico que organiza una empresa portuguesa con el fin de "promover el desarrollo de inquietudes sociales y el activismo en la juventud".

"Mi tío vio el anuncio en las noticias y me animó a participar, aunque me parecía una lotería", relata. Sin embargo, tras haber superado online varios exámenes psicotécnicos, pruebas de idiomas y aguardar durante meses un tedioso proceso de selección, "no me podía creer cuando me llamaron para decir que me habían escogido", cuenta López, graduada en Bellas Artes, que organiza exposiciones y dedica el tiempo libre a dar clases de Dibujo.

A principios de enero, recién llegada de un voluntariado en una ONG en Filipinas, comenzó la que está siendo su aventura por decenas de países de los cinco continentes con estancias de diez días en cada destino. "Al llegar a un sitio nuevo recibimos el programa con las actividades planificadas por la agencia, ellos se encargan de cubrir los alojamientos y desplazamientos", explica la joven praviana sobre unas expediciones en las que dedican la mayor parte del tiempo a colaborar en iniciativas solidarias y el resto a actividades culturales, ocio y descanso. Reforestar bosques de Portugal, atender a refugiados en Hungría, cuidar animales en Malasia o restaurar una estación de tren abandonada en Praga han sido algunas de las tareas que les han encomendado durante su periplo, siempre coordinados por medio de organizaciones benéficas locales. "En cada lugar por el que pasamos, la empresa dona dinero a un proyecto concreto", cuenta. Y a cambio del sueldo que perciben por sus cinco horas de trabajo diario han de promocionar en redes sociales sus experiencias para divulgar los principios del proyecto. Así, a lo largo del viaje ha podido llenar su maleta de anécdotas, "como cuando pasamos un día entero atrapados por la nieve a menos 16 grados en un lago de Croacia", relata López, a quien también le impactaron "los rescoldos de la guerra en la cultura bosnia".

De sus compañeros, entre los que hay otros dos españoles -un gallego y una madrileña-, destaca la buena convivencia y su gran capacidad de trabajo en equipo. "Han buscado perfiles comunes, porque somos gente distinta pero con personalidades complementarias", afirma. Aunque cree que esa unión continua es la que puede echar atrás a algunos candidatos: "Es muy poco individual, no todo el mundo puede pasar las veinticuatro horas en común". Este mes, López hace un alto por unos días antes de continuar su vivencia en lo que resta de año. Ha vuelto a Asturias a descansar, cargar pilas y disfrutar de "unas vacaciones de las vacaciones".

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