El Ministerio de Asuntos Exteriores español presentará una protesta vía diplomática ante la Organización de Estados Americanos por los "gravísimos insultos" de su secretario general, Luis Almagro, al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, de cuya mediación en Venezuela se desmarca.

Así lo avanzó en Nueva York el ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, quien se refirió al hecho de que Almagro reprochara este viernes a Zapatero tener un "problema muy grande de comprensión" en el caso venezolano y dijese: "Mi consejo es que no sea imbécil. Es un consejo importante, bueno, creo que le puede hacer mucho bien".

Alamgro hizo estas afirmaciones en Washington en alusión a unas palabras de Zapatero en las que este relacionaba la intensificación del flujo migratorio de venezolanos por varios países de Latinoamérica a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos.

"El expresidente Zapatero no representa al Gobierno español, no le hemos encargado ninguna negociación, y su trabajo de mediación lo hace estrictamente a título personal y a su buena voluntad", dijo Borrell en una atención a los medios españoles en la Misión de España en Naciones Unidas antes de la Asamblea General de esta semana.

No obstante, Borrell agregó de forma contundente que "el Gobierno no puede asistir tranquilamente a los gravísimos insultos por parte de una persona con un relevante papel institucional".

Por este motivo, apuntó Borrell, "vamos a presentar una protesta por vía diplomática y un comunicado del ministerio, porque no podemos aceptar que se llame a Zapatero el 'sumum' de la imbecilidad, ese no es un lenguaje aceptable. Se puede discrepar de los criterios políticos pero no se puede llegar a esas descalificaciones personales".

Borrell insistió en todo caso en desmarcar al Gobierno de España de las actividades del expresidente socialista en Cuba, "como las que pueda hacer Felipe González" en otros conflictos y, así, no ha querido a entrar a valorar las declaraciones de Zapatero vinculando el éxodo migratorio venezolano con las sanciones de EE.UU.

"Pero lo que es evidente es que cuando dos millones de personas se van de un país es porque están en una situación límite que les obliga a hacerlo. No creo que sea la consecuencia de su libre deseo de cambiar de aires", comentó el ministro Borrell.