El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy ha estado arropado en el entierro de su padre, Mariano Rajoy Sobredo, fallecido ayer a los 97 años, y en la misa funeral celebrada en Pontevedra, por antiguos compañeros de Ejecutivo y del PP, entre ellos el actual líder del partido, Pablo Casado.

Casado se ha sumado por la tarde a la larga lista de exministros, cargos orgánicos y alcaldes del PP que han dado su apoyo a Rajoy en este trance, y también de representantes de otros partidos, como el secretario general del PSOE en Galicia, Gonzalo Caballero, que se acercó por la mañana al tanatorio de San Mauro.

Soraya Sáenz de Santamaría, Fátima Báñez, Juan Ignacio Zoido, Íñigo Méndez de Vigo, Javier Arenas, Fernando Martínez Maíllo, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y varios miembros de su gabinete, como Francisco Conde o Jesús Vázquez Almuíña, han dado su pésame en persona a Rajoy, al que se han referido como "amigo".

El presidente del PP, Pablo Casado, ha señalado, en unas breves declaraciones a los medios antes de asistir a la misa funeral en la Basílica Santa María la Mayor, que el motivo de su presencia en Galicia es "apoyar" a Rajoy y a su familia, y ha añadido que "está todo el partido con él".

"En los malos momentos hay que arropar a una persona que ha sido imprescindible para el partido y para España", ha aseverado el líder del PP.

La exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha comentado por su parte que ha viajado a Galicia "para estar con un amigo en un momento muy difícil".

Sáenz de Santamaría ha visto a Rajoy "bien, como es él", aunque ha matizado que "siempre es muy difícil perder a un padre".

Preguntada por si la ocasión, aunque triste, sirve para reunir a viejos compañeros de gabinete, la exvicepresidenta ha contestado: "Nosotros estamos bastante juntos siempre".

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha apuntado que la muerte de un padre "siempre afecta", a pesar de que Mariano Rajoy Sobredo "tenía una edad y últimamente no estaba bien.

"Cuando se va un padre se va algo que no se puede sustituir", aunque "la edad y su estado de salud tampoco daban mucho margen", ha indicado Feijóo.

En la misma línea, el que fuera ministro de Educación y portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, ha indicado que su intención y la de sus excompañeros de gabinete es "arropar a un amigo que ha perdido a su padre y al que queremos mucho y que sabemos que ha hecho mucho por España".

"Los amigos están en los momentos difíciles. Cuando uno pierde a su padre es para estar con ellos", ha apostillado.

También ha habido unanimidad entre quienes han atendido a los periodistas en guardar silencio respecto a las nuevas grabaciones del excomisario José Manuel Villarejo con el marido de María Dolores de Cospedal, que ahora revelan la intención de la ex secretaria general de obtener información sobre Javier Arenas.

El propio Arenas, presente en la capilla ardiente del padre de Rajoy esta mañana, eludió hacer comentarios al respecto con el argumento de que no era el lugar ni el momento.

Ya por la tarde, Pablo Casado e Íñigo Méndez de Vigo han pasado por alto las preguntas sobre tal asunto, mientras que Soraya Sáenz de Santamaría ha respondido: "Ni es el momento, ni es el lugar, ni estoy en política".

Mariano Rajoy Sobredo, licenciado en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela, fue presidente de la Audiencia Provincial de Pontevedra, donde permaneció como magistrado hasta su jubilación.

Tuvo cuatro hijos con su mujer, Olga Brey López, que falleció en 1993, de los que el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy es el primogénito. El resto son Mercedes, Luis y Enrique.

En marzo de 2012, el padre de Mariano Rajoy sufrió un ictus, por el que estuvo ingresado en el Hospital La Paz de Madrid, y meses antes de ese padecimiento ya había sido intervenido por una fractura de cadera.

Precisamente, esa operación frustró una de las costumbres que tenían padre e hijo, que era votar juntos en cada convocatoria electoral.

Mariano Rajoy estaba muy unido a su progenitor, que, delicado de salud, vivió con él en Moncloa, en la vivienda familiar que se reserva del palacio, durante el tiempo en que fue presidente de España.