El exlíder de la Asamblea Nacional Catalana Jordi Sànchez ha apelado al derecho a la pasividad y a la "resistencia no violenta" de muchos votantes el 1-O, una actitud de protesta legítima que a su juicio no tiene por qué conllevar "ningún tipo de violencia por parte de la autoridad judicial".

El diputado suspendido de JxCAT ha defendido de este modo en el juicio del "procés" la actitud de muchos ciudadanos que fueron a votar en el referéndum del 1 de octubre de 2017, declarado ilegal por el Tribunal Constitucional.

"El derecho a una pasividad, a una resistencia no violenta es un acto de protesta legítimo y pacífico y eso no tiene que conllevar ningún tipo de violencia por parte de la autoridad policial", ha opinado el expresidente de la ANC, que se enfrenta a 17 años de prisión por rebelión.

Jordi Sànchez: "Me considero un preso político"

Jordi Sànchez: "Me considero un preso político"

Jordi Sànchez: "Me considero un preso político". Agencia ATLAS

Aún así, Jordi Sànchez ha asegurado que "jamás" se imaginó que "podía haber una situación de tensión o de agresividad o de violencia o enfrentamientos el 1-O".

En prisión preventiva desde el 16 de octubre de 2017, Sànchez ha explicado que "en la práctica totalidad" de los colegios "hubo un ambiente festivo" donde el referéndum se celebró "sin ningún tipo de incidentes".

Si bien en un pequeño número, "no más de 50", se produjeron "incidencias cuando en algunos momentos hubo una actuación policial que utilizó de manera desproporcionada e injustificada la fuerza".

Preguntado por el fiscal Javier Zaragoza sobre si tuvo conocimiento de que algunos agentes de la Policía fueron "repelidos con vallas metálicas" y otros objetos contundentes aquel día, Sànchez ha señalado: "No me consta". Y ha añadido que se enteró después por la prensa de que algunos agentes resultaron heridos el 1-O.