El presidente de Ómnium Cultural, Jordi Cuixart, ha defendido que "el Estado de derecho no está por encima de la democracia", justo lo contrario que lo que -según Cuixart- manifestó el pasado día 20 Felipe VI cuando aseguró que "no es admisible apelar a una supuesta democracia por encima del Derecho".

Cuixart, acusado de un delito de rebelión por el que la Fiscalía pide 17 años de prisión y que lleva en prisión provisional desde el 16 de octubre de 2017, se ha referido así en la séptima sesión del juicio del 'procés' que se celebra en el Tribunal Supremo.

El fiscal Jaime Moreno le ha preguntado en su interrogatorio por un tuit que lanzó a las 8.28 horas del 20 de septiembre de 2017 cuando, al poco de conocerse los registros en la diversas consellerías y oficinas de la Generalitat, dijo que el Estado "llegará hasta donde le dejemos".

"Si yo escribo aquí esto es que tengo conocimiento de que el dictador se murió en la cama", ha señalado, pero que la democracia la consiguió la sociedad española, se ganó con las movilizaciones y las manifestaciones y "nadie está cuestionando en Cataluña que vivir en democracia está en manos de la ciudadanía".

Y ha aseverado: "El Estado de derecho no está por encima de la democracia, porque el franquismo también era un Estado de derecho".

Felipe VI aseguró el pasado miércoles que "no es admisible apelar a una supuesta democracia por encima del Derecho, pues, sin el respeto a las leyes, no existe ni convivencia ni democracia, sino inseguridad, arbitrariedad y, en definitiva, quiebra de los principios morales y cívicos de la sociedad".

Las palabras del Rey coincidieron con las primeras sesiones del juicio contra los dirigentes independentistas catalanes, pero en ningún momento hizo mención alguna a este asunto.

"El 1-O es el ejercicio más grande de desobediencia civil de Europa"

Cuixart ha defendido este martes que el 1-O es "el ejercicio más grande de desobediencia civil que ha habido en Europa", del que todos en España deberían estar "orgullosos", frente a la "resolución injusta" del Tribunal Constitucional (TC) que impidió el referéndum.

En respuesta al interrogatorio del fiscal, ha explicado que ante "el dilema" que suponía la suspensión del referéndum por parte del Constitucional, Òmnium Cultural apostó por primar los derechos fundamentales y por "actuar con los parámetros de la desobediencia civil".

Según Jordi Cuixart, el referéndum fue "un ejercicio de protesta" en el que el soberanismo quiso "mostrar su disconformidad" con la decisión del Constitucional de impedirlo y debería ser motivo de orgullo ante la "ola de xenofobia que hay en Europa".

Los daños a los coches de la Guardia Civil, "un hecho menor"

Cuixart ha manifestado que los daños a los coches de la Guardia Civil durante la manifestación del 20S constituyeron un "hecho menor" que, aunque no comparte, a su juicio ha servido para ocultar la imputación de 750 alcaldes de Cataluña aquellos días.

Cuixart ha enmarcado los ataques a los vehículos del instituto armado registrados tras la protesta del 20 de septiembre de 2017 frente a la Conselleria de Economía en "una ruptura de la actitud no violenta que ha caracterizado el movimiento soberanista".

Algo que aunque no puede considerarse "meramente anecdótico", sí que es, a su juicio, "un hecho menor" que sin embargo ha servido para eclipsar la actuación judicial desplegada aquellos días en Cataluña. "¿Nadie se pregunta nada en el Estado español sobre los 750 alcaldes imputados?", se ha preguntado el líder de Òmnium.

Cuixart ha asegurado que cuando se despeja la zona y ya se había desconvocado la protesta, y ha reconocido que los lamentó públicamente en su momento: "No lo comparto yo ni cientos de miles de personas".

Cuando los ve, ha recordado, dijo "¡ostras!", pero a su juicio, "realmente" los "daños" solo estaban en los vehículos, algo que no le gusta, dado el "principio de máxima austeridad" y el "amplio" sentido de lo público que comparte: "Me molesta, porque soy así y no me gusta que se rompan las cosas".

"No me satisface, como tampoco que la Policía destrozase puertas de colegios el 1-O para sacar cajas de plástico", ha apuntado.

Como ya hiciera el expresidente de la ANC Jordi Sànchez, Cuixart ha aducido que ambos se subieron a los vehículos para desconvocar la movilización, megáfono en mano, con el fin de hacerse oír ante una parte de los concentrados que no habían podido escucharles cuando se dirigieron a los manifestantes desde el escenario principal.

Por otra parte, ha negado que la comitiva judicial que registraba el edificio no tuviera "libertad de movimiento" dado que "se creó un pasillo para que pudiera entrar y salir todo aquel que quisiera" pero que la secretaria judicial "no quiso utilizar".

"Con todo el respeto del mundo, respeto escrupuloso por todos los servidores públicos, (...) lo que decidió la letrada no lo voy a cuestionar. A mi me hubiese gustado que hubiese podido salir por el pasillo en una situación de normalidad", ha dicho.

Y ha criticado que la Guardia Civil no tomase las "precauciones habituales": "La Guardia Civil corta la calle cuando hace un registro, no deja un coche con armas delante de la puerta".

Declaración de intenciones, no hoja de ruta

Cuixart también se ha referido a un documento que aparece en el escrito elaborado por Ómnium de la acusación popular y al que la Fiscalía califica de "hoja de ruta" de las acciones que acabaron teniendo lugar en el otoño de 2017. Lo ha calificado de simple "declaración de intenciones" que "obedecía a una estrategia en la que se defendía la independencia y aportaba movilización social, para convertir las elecciones del 27 de septiembre en unas elecciones de carácter plebiscitario".

Cuixart ha eludido responder a las preguntas que el fiscal le realizaba relativas a cada una de las decisiones del Govern o el Parlament catalán que fueron suspendidas por el Tribunal Constitucional señalando que las desconoce en profundidad porque no es político, sino tan solo un "activista social". "Le mentiría si le dijera que todos fueron suspendidos o no, me consta que suspendió el referéndum pero le mentiría si le dijera esta sí o no porque no tengo suficiente conocimiento", ha añadido.

Al igual que los otros diez acusados que ya han declarado en semanas anteriores, Cuixart ha negado conocer hasta que se lo enseñó su abogada el documento denominado Enfocats y la Moleskine con anotaciones que le fueron intervenidas en el domicilio del que fuera número 2 del exvicepresident de la Generalitat y también encausado Oriol Junqueras.