Dos agentes de la Guardia Civil que inspeccionaron Unipost han detallado que los Mossos les sacaron por una calle en obras que era "una ratonera" y con personas tirando vallas al suelo para impedir el paso de los coches, lo que obligó a los policías autonómicos "a emplearse a fondo", ya que vieron en la gente "el reflejo del odio".

Los dos guardias civiles han descrito en el juicio del "procés" que el 19 de septiembre realizaron una inspección en la sede de Unipost en Terrasa (Barcelona) por la mañana en la que encontraron palés con diferentes cajas que estaban abiertas y en las que se veía perfectamente el contenido, que eran sobres de la Generalitat dirigidos a los miembros de las mesas electorales del 1-O.

Ante esta hallazgo, la Guardia Civil solicitó al juez un autorización judicial para registrar la sede, pero este lo negó, de manera que solo permitió la entrada de una comitiva judicial para la intervención de todos los sobres y la apertura de uno de ellos.

La comitiva judicial llegó a las 17.00 horas, pero no pudo entrar hasta las 19.27 debido a que estaba bloqueada por "una aglomeración de gente considerable, de unos 500 personas", que les impedían el paso -muchas de ellas desde primera hora de la mañana-, lo que obligó a cortar la calle en ambos sentidos.

Estas personas, según los agentes, ondeaban esteladas, les insultaban, les provocaban y estaban sentadas en el suelo con una urna de cartón mientras otras colocaban incluso un sofá, de manera que "aquello no era una cosa casual, sino que estaban organizados".

De hecho, el portavoz del PDeCAT en el Ayuntamiento de Terrasa se sumó con los concentrados, a los que animó a permanecer ahí.

Mientras tanto, han continuado, los antidisturbios de los Mossos hablaban con los concentrados para tratar de dejar un pasillo al vehículo de la comitiva judicial, que estaba siendo zarandeado y fotografiado por los concentrados.

"Pasaron un mal rato", ha dicho un agente, que ha recordado que, si la entrada fue complicada, la salida fue "muy desagradable", porque "el ambiente estaba más enrarecido" y había que articular como salir de allí, que era responsabilidad de los Mossos.

Sin embargo, estos, en lugar de tirar por la calle de arriba, que estaba despejada, les metieron en "una calle que era una ratonera" con "muchos elementos susceptibles de impedir la marcha del convoy" de cinco vehículos entre vallas y zanjas.

"Pensamos que nos habíamos quedado allí", han explicado los guardias civiles, que vieron al fondo de la calle a varias personas arrojando todas las vallas de protección de las obras no a los coches, sino al suelo para impedir la salida de los vehículos. "Nos estaban esperando".

Fue así como la comitiva judicial, tras permanecer dos horas bloqueada a la llegada a Unipost, se vio retenida nuevamente, esta vez durante más de 20 minutos.

Lo que más llamó la atención a los agentes de la actitud "nada pacífica" de la gente no era solo que tirasen las vallas, sino que retiraran las planchas que tapaban las zanjas en la calle para poder atravesarlas con los coches.

"Todos los vehículos fueron cayendo en las zanjas, ni siquiera los todoterrenos pudieron atravesarlas", ha apuntado un agente, que ha destacado que los coches superaron las zanjas a base de insistir, de destrozar los vehículos. "Hicieron polvo los coches", ha añadido.

Tal era la situación que "ni los propios Mossos podían contener a la gente", de manera que "tuvieron que emplearse a fondo" para salir llegando a hacer cargas para poder retirar la masa y a utilizar sus defensas porque no se podía pasar.

"Vi en muchas caras el reflejo del odio", ha detallado uno de los agentes, que ha recordado cómo las personas gritaban al letrado de la administración de Justicia, que iba encapuchado en el interior el coche, "Traidor, no te tapes que te conocemos".

Según los guardias civiles, el letrado "pasó miedo, temor y estaba mal anímicamente" tanto en la entrada a la nave de Unipost tras dos horas retenido como especialmente a la salida, ya que aquello "fue muy tenso y podía ocurrir cualquier cosa".

El Govern buscó 11.000 millones en China para financiar la república, según un agente

El cabo de la Guardia Civil con cuyo testimonio ha arrancado este jueves el juicio por el 'procés' en el Tribunal Supremo ha apuntado la incautación al exsecretario de Hacienda de Generalitat, Josep Lluis Salvadó, de diversa documentación que apuntaba la preocupación de los líderes independentistas por conseguir financiación para sostener su futura república, entre los que ha destacado un 'e-mail' en el que se apuntaba la necesidad de buscar unos 11.000 millones de euros en China.

Según este testigo, al que se encomendó la búsqueda de facturas que demostraran la comisión de un posible delito de malversación, del análisis de la documentación incautada pudo inferir una preocupación de los líderes independentistas por conseguir unos 4.500 millones de euros que se calcularon como imprescindibles para mantener la independencia en el 'impasse' que iba a producirse entre la declaración unilateral de independencia y la puesta en marcha de una Agencia Tributaria propia.

En relación con esos 4.500 millones euros, el agente del Instituto Armado ha señalado que según los documentos analizados ya se había cerrado un plan para empezar a cobrar los impuestos del sector público catalán, lo que se lograría mediante la firma de convenios con todas las entidades para que empezaran a liquidar a la agencia tributaria catalana.

A partir de ahí, y según un correo electrónico sin remitente encontrado en un 'pen drive' incautado a Salvadó, era también necesario conseguir 11.000 millones de financiación en China, a los que se sumaban otros 6.000 millones procedentes de los Ayuntamientos y otros 1.300 millones de ingresos propios. Todas estas cantidades -que suman más de 22.000 millones de euros- serían necesarios para el mantenimiento económico de la futura república.

Factura de 240.000 de IBM

Todos estos planes ya habían generado gasto, ya que se precisaban aplicaciones informáticas que comenzaban a implementarse y que se encargaron a IBM. "Le solicitamos la factura y nos la enviaron, por un total de 240.000 euros", ha señalado el testigo a preguntas del fiscal Jaime Moreno, que se interesó durante el interrogatorio por la existencia de indicios que permiten sustentar el delito de malversación que pesa sobre la mayoría de encausados.

El análisis documental también permitía deducir, según este testigo, un reparto de papeles entre el entonces secretario de Hacienda y actual vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés, que según el cabo se encargaría de la financiación en el exterior y del futuro Banco Central de Cataluña; y Salvadó, sobre quien recaería la gestión de impuestos.

Viaje de Aragonés a Eslovenia

En la documentación incautada a Salvadó también se hallaron otras referencias a los viajes realizados por altos cargos de la Generalitat, entre ellos el actual vicepresidente catalán, Pere Aragonés, para informarse en torno a la construcción y diseño de estructuras de Estado de cara a una hipotética Cataluña independiente.

El cabo de la Guardia Civil ha resaltado uno en concreto a Eslovenia en enero de 2017 y en las referencias encontradas se hablaba de la independencia de ese país haciendo una comparativa con la situación catalana, aunque no de forma "exacta", ya que se recordaba que "Eslovenia hizo frente al Ejército yugoslavo", pero se destacaban que "Yugoslavia era una federación en colapso y España era un país más poderoso".