Pilar Goya, esposa de Alfredo Pérez Rubalcaba, ha remitido una carta a la Agencia EFE en la que expresa su agradecimiento por el "apoyo, respeto y afecto" recibido en los últimos días tras el ingreso hospitalario y posterior fallecimiento del político socialista.

Este es el contenido textual de su carta:

GRACIAS

Quiero dar las gracias, en mi nombre y en el de los familiares y amigos de Alfredo Pérez Rubalcaba, a todas las personas e instituciones que en los difíciles momentos que hemos atravesado nos han mostrado su apoyo, respeto y su afecto.

Gracias, en primer lugar, al Hospital Puerta de Hierro de Madrid, cuyo personal nos atendió en todo momento con profesionalidad y delicadeza. Con su ejemplar comportamiento demostraron que tenemos una excelente sanidad pública, algo que Alfredo siempre defendió.

Gracias a los profesionales de los medios de comunicación, que cubrieron la noticia desde el ingreso de Alfredo en el hospital. Hicieron su trabajo de una manera admirable y absolutamente respetuosa.

Gracias al Congreso de los diputados, a su Mesa, que decidió por unanimidad acoger la capilla ardiente, y, de manera muy especial, a su Presidenta, Ana Pastor. Siempre le estaremos agradecidos por el cariño y la generosidad con que nos ha tratado.

Sólo tengo palabras de agradecimiento para la Casa Real, para Sus Majestades los Reyes, Don Felipe y Doña Letizia, así como para Don Juan Carlos, Doña Sofía y la Infanta Elena. El afecto que nos transmitieron va mucho más allá del respeto institucional.

Alfredo tuvo dos familias. Su familia socialista, desde su Secretario General y Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hasta los militantes de base que se acercaron a la capilla ardiente, nos han arropado con su afecto y su solidaridad. El día que se despidió de la política activa, Alfredo dijo que el PSOE no le debía nada, que él se lo debía todo al PSOE. El último respaldo que la familia socialista le demostró a su compañero de tantos años fue un precioso regalo.

Y, sobre todo, gracias a la gente; a las miles de personas, entre las que había muchos de sus alumnos y alumnas, que esperaron horas para despedirse de Alfredo en el Congreso, y a quienes desde todos los lugares han manifestado su pesar. A esa maravillosa gente que, al margen de las convicciones, nos han hecho sentir su respeto y su cariño.