Entidades y partidos independentistas volverán esta semana a la calle ante el inminente final del juicio del 1-O que se celebra en el Tribunal Supremo, y lo harán para exigir de nuevo la libertad de los presos soberanistas y que los dirigentes en el extranjero puedan volver sin riesgos jurídicos para ellos.

La ANC, Òmnium Cultural, JxCat, ERC y la CUP volverán a liderar las protestas y buscarán que la más multitudinaria sea una concentración en la plaza Catalunya de Barcelona, convocada para las 20 horas del miércoles o el jueves, según el día en que acabe el juicio.

Aparte de en la capital catalana, entidades y partidos independentistas llaman a concentrarse "en ciudades y pueblos de toda Catalunya" con el lema 'Libertad: la autodeterminación es un derecho' y leerán un manifiesto conjunto.

Precisamente, la ANC, Òmnium, JxCat, ERC y la CUP afrontan el reto de tejer una estrategia unitaria para los próximos meses, sobre todo de cara a cómo reaccionar ante eventuales sentencias condenatorias del alto tribunal.

Todos los actores admiten que la unidad que les caracterizó a la hora, por ejemplo, de organizar la votación del 1-O ha desparecido, un fenómeno que se ha acentuado además por las tres campañas electorales recientes, que les ha obligado a competir y que ha hecho aflorar discrepancias.

Para recuperar esta unidad el presidente de la Generalitat, Quim Torra, empezó el martes una ronda de contactos con partidos y entidades partidarias de la autodeterminación, y empezó citando a la ANC y Òmnium.

¿Vía unilateral?

Uno de los principales debates que tendrá el independentismo en las próximas semanas es si vuelve a contemplar la vía unilateral y, sobre todo, si lo hace como respuesta al fallo que emita el Supremo.

Desde las últimas elecciones catalanas, el Govern, ERC y JxCat han dejado esta vía en segundo plano, pero en los últimos meses actores como la ANC, la CUP y Demòcrates han vuelto a exigir que se ponga encima de la mesa.

La más reciente fue la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, que el martes, en su reunión con Torra, le planteó que la única salida posible era la unilateral, aun admitiendo "la complejidad" que tiene, como se demostró en otoño de 2017, en sus palabras.

Otra incógnita que sobrevuela la política catalana es si el independentismo querrá responder a las sentencias con unas elecciones anticipadas --la potestad única de convocarlas es de Torra--, aprovechando el rechazo que causaría en sus filas un fallo condenatorio.

Torra lo ha negado hasta la fecha: el martes dijo que no se siente "un presidente provisional" y rechazó que contemple el adelanto, pero no se comprometió a agotar la legislatura de cuatro años, que expira a finales de 2023.

Pleno modificado

La agenda política de la semana estará marcada de nuevo por el juicio, hasta el punto de que el pleno del Parlament no se celebrará el miércoles y el jueves como es tradicional, sino el jueves y el viernes: algunos consellers y diputados buscan con este cambio poder asistir a la última sesión del juicio.

Torra no ha desvelado con precisión qué piensa hacer si el fallo no es absolutorio: se ha limitado a decir que llevará la cuestión al Parlament, una cámara donde hace pocos días el independentismo recuperó la mayoría absoluta tras la renuncia al escaño de varios presos soberanistas que ahora son diputados (suspendidos) del Congreso.