El ex primer ministro francés Manuel Valls ha reafirmado este miércoles su "compromiso absoluto" con Barcelona y la construcción de una estrategia constitucionalista, y ha cargado con dureza contra Ciudadanos (Cs) por su actitud "irresponsable" y "sectaria" al buscar el "cuanto peor mejor".

Valls ha roto este miércoles su silencio en una rueda de prensa en el Ayuntamiento de la capital catalana tras la ruptura con Ciudadanos y la decisión del exministro socialista y miembro de su candidatura, Celestino Corbacho, de sumarse a la formación naranja.

Pese a esta ruptura de la coalición, Valls ha afirmado que su "compromiso" con Barcelona "no ha variado" y es "absoluto", con el objetivo de ser "útil", aunque desde una "posición más modesta", dado que su candidatura obtuvo seis concejales en las elecciones del 26M, pero tras la escisión y la marcha de Corbacho se queda con dos.

Esto significa que el grupo inicial de Barcelona pel Canvi quedará dividido de la siguiente forma: bajo el paraguas de la plataforma seguirán, por ahora, Manuel Valls y Eva Parera, mientras que los cuatro ediles restantes -Corbacho como independiente y tres con carné naranja- se agruparán en otro grupo con las siglas de Ciudadanos.

Ha descartado crear un nuevo partido en Cataluña, pero ha insistido en que quiere contribuir a la construcción de una estrategia constitucionalista unitaria, algo que, ha admitido, va a ser difícil por las "discrepancias" entre las formaciones contrarias a la independencia.

En su comparecencia ante los medios, Valls ha sido muy duro con el que hasta hace dos días era su socio, Ciudadanos, partido al que ha acusado de tener una actitud "irresponsable" y "sectaria" al buscar el "cuanto peor, mejor" en Cataluña: "Y no, cuanto peor, peor", ha advertido.

"No se puede pintar siempre España en blanco y negro. Se dice liberal, progresista y europeísta, pero Cs se ha convertido en el partido que pacta de hecho con un formación inliberal, reaccionaria y antieuropea", ha sostenido, refiriéndose a los pactos "indirectos" de los naranjas con Vox en Andalucía y, ahora, Madrid.

En este sentido, ha desvelado que "lo único" que frenó su ruptura con Ciudadanos tras el acuerdo en Andalucía fue su "compromiso" con Barcelona, al que ahora quiere contribuir desde la "fuerza de la coherencia, de los principios, de los valores y de la ética que muchos han olvidado".

Para Valls, la conversión de Ciudadanos en un partido que se ha inmerso en la "lucha de derechas" ha dejado "huérfanos" a muchos de los votantes que apostaron por Inés Arrimadas en las elecciones catalanas del 21 de diciembre de 2017, las que se convocaron tras la declaración unilateral de independencia y la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña.

Pese a las consecuencias que ha acarreado, Valls se ha ratificado en su apoyo a Ada Colau para que fuese reelegida alcaldesa de Barcelona el pasado sábado, ya que de este modo se ha "frenado el paso" al candidato de ERC, Ernest Margall, cuyo objetivo es "convertir" la capital catalana en la "palanca de la independencia": "Hicimos historia", ha insistido.

"Se trataba de decidir 'sí' o 'no'. Si Barcelona se resignaba a tener un alcalde independentista, cuyo desenlace parecía inevitable por la falta de firmeza del ámbito constitucionalista", ha reprochado Valls a la formación naranja por su "falta de responsabilidad política".

Ha defendido su posicionamiento en que Colau y Maragall "no son lo mismo", aunque ha calificado de "lamentable" y "reprobable" la decisión de la alcaldesa de volver a colocar un lazo amarillo en la fachada del consistorio barcelonés.