El desglose de las competencias que corresponderán a cada ministerio en el Gobierno de coalición es una de las claves de la negociación del futuro Ejecutivo de Pedro Sánchez, en el que Pablo Iglesias tendrá una vicepresidencia social.

En el esquema del Gobierno, que Sánchez e Iglesias negocian con absoluta discreción, Trabajo, Igualdad y Universidades son algunos ministerios que es posible que caigan en manos de Podemos, pero también es evidente que entre los puntos más complicados de la negociación estarán las competencias que Sánchez esté dispuesto a ceder a Podemos.

La formación morada no reclama ministerios de Estado, y se da por seguro que Nadia Calviño, al frente de una vicepresidencia económica, será uno de los puntales del próximo Gobierno de Sánchez y tendrá la llave de gran parte de los asuntos que lleguen al Consejo de Ministros, mientras que Carmen Calvo dirigiría otra vicepresidencia más política.

Eso haría difícil que Iglesias tuviera capacidad de intervenir en los temas fundamentales de la política económica, con lo que ha cobrado fuerza la posibilidad de que, si Podemos asume el Ministerio de Trabajo, se descuelguen de ese departamento algunas de las atribuciones con las que cuenta ahora, como las competencias en Seguridad Social o pensiones, que en una nueva estructura podrían depender de otro ministerio.

Y si Podemos apuesta por nombres como el de la diputada gallega Yolanda Díaz para un departamento como el de Trabajo, en el PSOE hay también perfiles como el del actual director general de Ordenación de la Seguridad Social, Borja Suárez, con una buena relación con la formación morada y experiencia en ámbitos como el de las pensiones.

Suárez, que en varias ocasiones ha comparecido ante la Comisión del Pacto de Toledo para hablar de la sostenibilidad del sistema de pensiones, es otro al que algunos miran como posible secretario de Estado de Seguridad Social en sustitución de Octavio Granado.

Entre los precedentes que han tenido estas negociaciones de Gobierno hay que recordar también las reticencias que Iglesias siempre ha mostrado a aceptar ministerios vacíos de contenido, aunque su última baza antes de fracasar la anterior investidura fue pedir la gestión de las políticas activas de empleo, competencias que en su mayor parte están en manos de las comunidades autónomas.

Esta vez, el líder de Podemos ya ha advertido a su militancia de que tendrán que "ceder en muchas cosas" y, por ejemplo, será interesante ver qué ocurre con la gran batalla de Unidas Podemos por derogar la reforma laboral del PP.

El presidente del Gobierno en funciones, en una de las pocas declaraciones que ha realizado tras la firma del acuerdo con Iglesias hace una semana, ha recalcado que el futuro Ejecutivo tendrá una "prioridad social muy marcada", pero también trabajará "dentro de los márgenes financieros" y mantendrá su compromiso con la disciplina fiscal y la estabilidad presupuestaria.

De momento, nada oficial trasciende de los contactos que de forma regular mantienen Sánchez e Iglesias, según confirman a Efe fuentes conocedoras de la negociación. Así que todo siguen siendo especulaciones.