El exdirector de los Mossos d'Esquadra Pere Soler ha alegado este jueves que desde el Govern de Carles Puigdemont no le pidieron que cometiera "ningún acto ilegal" y que no interfirió para que el cuerpo desobedeciera las órdenes judiciales para impedir el 1-O, ya que habría dimitido.

Soler ha declarado este jueves en la Audiencia Nacional en la cuarta sesión del juicio, junto al exsecretario general de Interior Cèsar Puig, que, al igual que el mayor Josep Lluis Trapero, afrontan una petición de 11 años de cárcel por rebelión.

En un tenso interrogatorio por parte del teniente fiscal Miguel Ángel Carballo, Soler ha sostenido que desde el Govern no le pidieron que incurriera en "ningún acto ilegal" y que habría dimitido si le hubiesen mandado que ordenara a los Mossos que desobedeciera los mandatos judiciales para impedir el 1-O.

Soler ha remarcado que el Gobierno catalán tenía clara la posición de los Mossos d'Esquadra, de que cumplirían los mandatos judiciales, y que no tuvieron nunca la voluntad de pedirles que desobedecieran, por lo que su labor para evitar el 1-O fue "ingente".

Para corroborar que los Mossos no hubiesen aceptado injerencias políticas, ha puesto como ejemplo que Trapero le reprendió antes del 1-O por algunos de sus tuits políticos: "Me dijo que mejor que no hiciera tuits, que no convenían a la imagen y solvencia del cuerpo, porque se malinterpretan".

El mayor le hizo este reproche a Soler tras un tuit que publicó el 31 de julio de 2017, cuando ya estaba al frente de la policía catalana, y en el que aseguraba que los Mossos iban a cumplir la ley, precisando que "la Constitución no les obliga".

El acusado ha puntualizado que estaba respondiendo a un artículo de prensa que cuestionaba que los Mossos cumplirían la ley para evitar el 1-O y que quiso dejar claro que sí lo harían, pero bajo la premisa de que Carta Fundamental de Derechos de la Unión Europea tenía "primacía" respecto de la Constitución.

"Derecho al voto"

Tras la reprimenda de Trapero, Soler no sólo dejó de publicar tuits, sino que ni ejerció su "su derecho al voto" el 1-O porque consideró que ese "gesto simbólico" podía "perjudicar" a los Mossos.

El fiscal le ha preguntado si se planteó dimitir como su antecesor, Albert Batlle, al constatar que Puigdemont iba a tirar adelante con el 1-O pese a que la cúpula de los Mossos alertó de los riesgos que ello suponía para el orden público.

"Yo no lo hago (dimitir) porque nadie me pide que realice ningún acto ilegal. Si alguien me pide que ordene a los Mossos que desobedezcan, yo hubiese dimitido. Nadie me lo pide. No era la voluntad del Govern pedírselo", ha replicado.

El fiscal ha querido saber si Soler preguntó a Trapero por la respuesta que les dio Puigdemont en su reunión del 28 de septiembre, en que los mandos de los Mossos le instaron a desconvocar el 1-O por el riego para la seguridad.

"¿Cómo voy a preguntar yo lo que ha dicho el president? No me corresponde a mí entrar ahí. ¿Cómo voy a pedir yo al presidente que no celebre el referéndum si soy un alto cargo del Govern? El aceptaría las consecuencias, la posición del Govern es pública, notoria", ha exclamado.

Soler accedió a la dirección de los Mossos en julio de 2017, en sustitución de Albert Batlle, que abandonó el cargo junto al exconseller Jordi Jané a dos meses del 1-O por sus discrepancias con la estrategia del Govern para celebrar el referéndum ilegal.

El alto cargo ha alegado que, pese a las declaraciones públicas en que el exconseller Joaquim Forn -condenado por el Supremo a diez años y medio de cárcel por sedición- de que el 1-O se podría votar con "normalidad y seguridad", en "ningún momento" éste le mandó que tuviera una "injerencia" en los Mossos d'Esquadra para que facilitaran la votación.

"Durante todo el tiempo que estoy en el cargo -que abandonó en octubre al ser cesado por el 155- en ningún momento Forn me pide que haga que los Mossos estén por la defensa del referéndum. Y yo no doy ninguna instrucción (en ese sentido) a los comisarios del cuerpo", ha afirmado.

Ha desvelado además que propuso sin éxito a Forn y al exconseller de Justicia Carles Mundó querellarse contra la Fiscalía por su falta de competencia para ordenar un plan de actuaciones a los Mossos para impedir el 1-O, ya que entendía que correspondía al TSJC porque afectaba al derecho a la participación política.

Complejidad

Por su parte, el exsecretario general de Interior Cèsar Puig ha sostenido ante el tribunal que no tenía ninguna competencia en el ámbito de la dirección operativa ni en las decisiones estratégicas de los Mossos d'Esquadra, ya que su único cometido respecto a la policía era relativa a la inversión en equipamiento y personal.

Puig ha indicado que cuando Jané abandonó Interior, su intención era dejar el cargo, aunque Forn le pidió que continuara porque se trata de un departamento de una "grandísima complejidad" y además el entonces secretario de Estado de Seguridad José Antonio Nieto -con quien había trabajado codo con codo para desbloquear la Junta de Seguridad de Cataluña- le mandó un watsap en que le decía que en el ministerio les interesaba que siguiera en la consellería.

Debido a su fama de "persona moderada", según ha apuntado, también el mayor Trapero le pidió que siguiera en el cargo.

Con Puig ha finalizado la declaración de los cuatro acusados en el juicio, que proseguirá a partir del próximo lunes con la testifical del coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, que coordinó el dispositivo para evitar el 1-O, y el comisario Ferran López, que sustituyó a Trapero en la etapa del 155.