Madrid se ha instalado en el horror. El número de contagios de coronavirus crece imparable y la cifra de muertes ha generado un problema real y serio en la capital del Estado. Con los hospitales al límite de su capacidad de respuesta, la Comunidad de Madrid ha convertido a contrarreloj uno de los pabellones de su feria Ifema en un hospital de campaña para los infectados por el coronavirus que ayer lunes, en la última actualización de datos, sumaban 10.575 contagiados.

Las imágenes de las camas instaladas en la feria madrileña evidencian la dimensión que la pandemia ha alcanzado en España pero, especialmente, en la capital del país donde han muerto 1.263 personas tras infectarse del SARS-CoV-2, el virus que ocasiona el COVID-19. Si bien la esperanza llegó ayer al improvisado hospital de campaña con el primer alta a un contagiado, los próximos días serán especialmente complicados en el complejo ferial que prevé albergar a más de un millar de pacientes.

A escasos 15 minutos de Ifema, en el distrito de Hortaleza, la realidad será desde este martes todavía más cruda. El Ayuntamiento de Madrid ha preparado una morgue en lo que hasta ahora era una pista de hielo. Para el departamento Madrid Salud, la concejalía sanitaria de la Villa, el recinto reúne los requisitos necesarios para mantener fríos los cadáveres de los finados. Según los datos facilitados ayer, 242 personas fallecieron entre el domingo y el lunes. En esas 24 horas, el coronavirus ocasionó una muerte cada seis minutos solo en la Comunidad de Madrid.

La empresa que gestiona el Palacio de Hielo cedió las instalaciones a la administración local madrileña, que ha obtenido el beneplácito del Gobierno de la comunidad ante lo extraordinario de la situación. El espacio albergará los féretros de los fallecidos, según adelantó El Español. Una superficie de tipo plástico y poco grosor evitará el contacto directo de los cuerpos con el suelo helado. En el espacio se trabajará con todas las medidas se sanidad mortuoria y seguridad que ha establecido el Ministerio de Sanidad.

La medida tiene carácter temporal, hasta que las instalaciones funerarias de la capital puedan asumir de nuevo el volumen de fallecimientos. Ayer, miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) trasladaron los primeros cuerpos al recinto. Para asegurar la identificación de los cadáveres, la morgue contará con un único punto de acceso y salida para los féretros.

Por el momento, los crematorios madrileños funcionan de manera ininterrumpida las 24 horas del día. Pero, ni a pleno rendimiento, las instalaciones son capaces de asumir la situación que estos días tiene lugar en un Madrid desbordado por el coronavirus. Al tiempo que se anunció la conversión del Palacio de Hielo en depósito de cadáveres, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, comunicó que la Funeraria Municipal dejará de recoger víctimas del COVID-19 pues, según explicó, la empresa no tiene material adecuado para poder prestar el servicio dentro de los parámetros sanitarios exigidos.