El ministro de Sanidad, Salvador Illa, considera, en relación con la crisis de la COVID-19, que "visto lo visto, todos llegamos tarde a esto". En una entrevista que este domingo publica el diario 'El País', el titular de Sanidad se refiere al decreto que regulará la vida de los españoles una vez que se acabe el estado de alarma: "Hasta que no se derrote definitivamente el virus —cuando tengamos disponible una vacuna o una terapia eficaz—, pensamos que hay que tomar precauciones y aprender a convivir con él. Mascarilla, distancia interpersonal, lavado de manos, higiene de espacios públicos y privados. Son las cuatro cosas que hay que hacer".

"Ya ha habido brotes y se han detectado. Hemos visto que los sistemas de detección precoz han funcionado. Por ejemplo, en Totana se acordó una regresión de fase y en Ceuta el consejero solicitó permanecer en fase 2 por un brote. Si hay que tomar acciones más contundentes en el sentido de obligar a confinamientos muy quirúrgicos, habrá que hacerlo", explica.

El ministro reconoce haber "llegado tarde", al igual que "todo Occidente". Y añade: "Esto es una obviedad. Pero España, Italia, Francia, Alemania, todos los países, EE UU, Brasil, todo el mundo ha llegado. Es una cura de humildad para todos. Pero España actuó antes que otros, decretó el estado de alarma con un número de afectados y fallecidos inferior a otros países. Nosotros, el 5 de marzo teníamos 261 casos, Italia 3.089".

Sobre las concentraciones del 8 de marzo, Illa afirma que "claro que ha habido cosas mejorables. Pero ni en política ni en la vida hay actitudes infalibles. Se trata de tener más aciertos que errores. En España tenemos la epidemia controlada hoy. Y me sorprende que, cuando las cosas empiezan a ir desde el punto epidemiológico bien, algunos se dediquen a hacer ruido".

"Yo no voy a entrar en reproches ni a responder provocaciones. Lo que reclama la sociedad es unidad. La unidad salva vidas, la unidad salva empleos, la unidad salva empresas. Hace falta esto", agrega el ministro. Illa destaca que "hace dos años hubo una moción de censura. Esto nos ha llevado a constatar dos cosas: se ha acabado la impunidad, el uso inadecuado del dinero público; y dos, se han puesto en el centro de la acción del Gobierno las prioridades sociales. No es casualidad que ese aniversario coincida con el ingreso mínimo vital".