El director general de los Mossos d'Esquadra, Pere Ferrer, ha anunciado que la Conselleria de Interior de la Generalitat está investigando a cerca de unos 50 agentes del cuerpo por su actuación durante las protestas tras conocerse la sentencia condenatoria del 1-O

Lo ha explicado este lunes en la presentación de la auditoría a la policía catalana durante seis meses, que ha abierto el conseller de Interior, Miquel Buch, y que se ha celebrado a puerta cerrada en el complejo central de Mossos en Sabadell (Barcelona).

Ferrer ha explicado que estos 50 agentes que se investigan actuaron en 34 episodios diferentes, y que la mitad son casos judicializados por denuncias que han presentado personas particulares o entidades sociales, mientras que los 17 restantes son a nivel interno.

Ha detallado también que, en el trabajo realizado por la auditoría, los equipos han dedicado más de mil horas para visionar todo el trabajo audiovisual relacionada con los episodios, y se han entrevistado con más de un centenar de agentes, mandos y ciudadanos.

Con todo, ha destacado la "intensidad de los disturbios, la prolongación en el tiempo, la simultaneidad en la concentraciones masivas en todo el territorio y la gran desproporción entre manifestantes violentos y agentes", que tensó la organización policial.

"Para aprender"

También ha intervenido el comisario jefe de Mossos, Eduard Sallent, que ha dicho que desde el cuerpo son muy conscientes de las imágenes que se vieron esos días: "La auditoría no la hacemos para contentar a nadie, sino para aprender".

"La inmensa mayoría de los que nos hemos hecho policías, lo hicimos porque creemos que realmente la policía tiene una vocación social", ha declarado Sallent, que ha agregado que una policía democrática garantiza los derechos y libertades de las personas.

Sallent ha asegurado que en octubre hubo momentos muy complicados para el cuerpo, que velaban para que se conciliaran los diferentes derechos, como el de manifestación, "hasta el punto en que otros derechos se ponen en peligro", y ha aseverado que el ánimo era hacer lo mejor al servicio de la ciudadanía.

Ha defendido que en su dispositivo fueron "tolerantes y permisivos" con las movilizaciones, y ha asegurado que recoge todas las propuestas que se han presentado durante la jornada para incorporarlas en la organización, para ser más efectivos y explicar mejor a la ciudadanía que es lo mejor para cada momento.

"La ciudadanía nos exige muchísimo, a veces nos exige tanto que hasta nos hace dudar de su afecto. Pero en su propio exigir está el reconocimiento de que somos su policía y que quieren para nosotros como para ellos, lo mejor", ha zanjado.

"Aumento de la violencia"

Buch ha destacado el "aumento de la violencia" en las protestas de octubre, ha recordado que en el mes de octubre hubo 877 movilizaciones, lo que supone una media de 67 movilizaciones al día, que multiplicó por cuatro la media de 16,6 de 2017.

También ha explicado que mientras en 2017 nueve de cada diez movilizaciones eran sin violencia, en octubre de 2019 fueron ocho de cada diez: lo que supone un aumento del 10%, dando una cifra de un 20% de las movilizaciones de octubre determinadas como violentas.

Ha mencionado que se quemaron contenedores, que se hizo pirotecnia contra un helicóptero policial, y ha destacado que todas estas acciones fueron producidas por "una minoría".

"El pasado octubre Cataluña vivió protestas contra la sentencia que afectaba representantes legítimos. Mayoritariamente fueron cívicas y pacíficas", ha insistido el conseller, que ha dicho que se comprometió a un trabajo de revisión profunda del cuerpo de Mossos que se materializa este lunes.

"El modelo de la policía de Cataluña lo podemos analizar y mejorar, pero no poner en riesgo", ha declarado Buch, que ha explicado que han sido seis meses de trabajo efectivo que se terminaron en marzo, pero la presentación de las conclusiones se aplazó por la pandemia del coronavirus.

El conseller ha declarado que ha sido "una revisión de 360 grados", puesto que se han analizado desde las tomas de decisiones hasta las actuaciones individuales, pasando por las herramientas policiales y la comunicación política.

Con todo, ha dicho que el ejercicio de esta auditoría demuestra un modelo de policía con "neutralidad, proximidad, autoevaluación y transparencia", y ha destacado que no se puede poner en riesgo el modelo policial por ser una herramienta tan importante en clave de autogovern.