La Audiencia de Barcelona ha condenado a 16 años y medio y a 17 años y medio de cárcel a dos jóvenes acusados de una violación en grupo a una menor de 14 años en una masía aislada de Pineda de Mar (Barcelona), que grabaron en móvil y luego difundieron en las redes sociales.

En su sentencia, la sección décima de la Audiencia de Barcelona atribuye un delito continuado de agresión sexual -a uno de ellos como cooperador necesario- y otro de revelación de secretos a los dos acusados, a los que impone además la prohibición de comunicarse con la víctima durante los diez años posteriores a su estancia en prisión y la libertad vigilada también durante una década tras cumplir su pena de cárcel.

La agresión sexual múltiple ocurrió el 22 de marzo de 2018 en una masía abandonada de Pineda de Mar, a la que no se podía acceder en vehículo y donde una decena de jóvenes -entre ellos los dos condenados- condujeron a la fuerza a la menor, que entonces tenía 14 años, para violarla por turnos, y luego publicaron algunas imágenes de la agresión sexual en las redes sociales.

La Fiscalía pidió en el juicio una condena de 81 años y medio de cárcel para uno de los acusados y de 43 años y medio para el segundo, al atribuirles varios delitos de agresión sexual, si bien la Audiencia les rebaja la condena al considerar que cometieron un delito continuado, lo que atenúa la pena.

En uno de los dos acusados, la sala estima también la atenuante de anomalía o alteración psíquica por una "baja madurez intelectiva" que afectaba a sus capacidades de decisión.

Les impone además por una violación cometida "con una violencia e intimidación particularmente degradante y vejatoria" el pago conjunto a la víctima de 32.250 euros en concepto de indemnización por daños morales, secuelas y el mes y medio que tuvo que permanecer ingresada en el hospital tras la agresión.

En su sentencia, la sala destaca que la menor "se sintió absolutamente sola en una casa abandonada", a la que solo se podía acceder por un agujero en las ventanas, lejos de la población de Pineda de Mar y "donde nadie podía oírla aunque gritara".

"Se sintió paralizada al constatar que quedó rodeada por un grupo de chicos mayores que ella (...), las circunstancias del lugar descrito y el contexto o ambiente en el que se produjo la agresión", apuntan los magistrados, quienes recalcan que dicha intimidación llevó a la menor a asustarse y quedarse "sin capacidad de reacción", adoptando una actitud de "sometimiento y pasividad".

Consideran también probado que los acusados acudieron al lugar de los hechos "a fin de satisfacer sus deseos sexuales" tras ser avisados de que la joven estaba realizando felaciones, por lo que, al llegar, la rodearon y la agredieron en presencia de otros diez menores de entre 14 y 15 años.

Ello, continúa el tribunal, "con intención de amedrentarla y con el propósito de obtener una satisfacción sexual, menoscabando su libertad sexual, así como con propósito de vejarla y de atentar contra su dignidad, prevaliéndose de la superioridad que les proporcionaba esa situación y así vencer su negativa a lo que se proponían hacer".

Los acusados cometieron la agresión "aplaudiendo" y "jaleando en repetidas ocasiones", a la vez que grabaron vídeos e hicieron fotografías que luego colgaron en la red obligando a la menor a realzar actos sexuales y conscientes de que se producía contra la voluntad de la víctima.

La agresión solo finalizó cuando los acusados y el resto de agresores escucharon la sirena de un coche de policía, lo que les llevó a abandonar la masía y dejar allí a la joven, que tuvo que dirigirse al centro de la ciudad sola "gritando auxilio".

A consecuencia de la violación, la menor estuvo ingresada durante un mes y medio en el hospital, sufrió estrés postraumático y se provocó autolesiones.

En total, participaron más de diez violadores, pero por el momento solo se ha podido identificar a los dos adultos condenados y a otros dos menores que han seguido un proceso paralelo.