El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, y los exconsellers de JxCat Clara Ponsatí, Lluís Puig y Toni Comín han manifestado este lunes que decidieron irse al extranjero para defender sus derechos desde una jurisdicción que consideraban con garantía de imparcialidad y de independencia: "Y justicia sabíamos que no encontraríamos en España".

En un artículo conjunto en 'La Vanguardia' recogido por Europa Press, han asegurado que "la belga, como la alemana o la escocesa, es una jurisdicción en la cual los intereses políticos y las estrategias del Estado español para decapitar, liquidar y criminalizar al independentismo no sirven para nada".

Para ellos, el objetivo del 1-O se mantiene intacto y no se han doblegado a pesar de la "farsa judicial construida solo para liquidar un movimiento legítimo, de amplio apoyo, democrático, pacífico, interclasista y europeísta".

Y añaden: "Llega el tiempo de recoger los frutos que hemos ido sembrando durante casi tres años mientras nos insultaban y denigraban. Las mentiras tienen las piernas muy cortas. Y hoy, y más después de la esperpéntica desaparición de la escena del rey Juan Carlos I, las caretas empiezan a caer".

Han negado que, cada vez que el Estado presentaba una orden europea de detención, su decisión fuese buscar un país sin tratado de extradición, o que escaparan de la justicia: "Cada vez que hemos afrontado una euroorden estábamos compareciendo. Es más: propusimos declarar por videoconferencia... y nos lo negaron".

También consideran que la sentencia de la justicia belga sobre rechazar la extradición del exconseller de Cultura Lluís Puig "es el preludio de un efecto dominó", que --dicen-- solo se podrá evitar si se resuelve el conflicto por la vía política en vez de la judicial.