La primera semana de la vuelta al cole termina con más de medio centenar de aulas afectadas por los positivos de alumnos o profesores, aunque siguen siendo casos minoritarios en el conjunto del sistema educativo, mientras Galicia ha retrasado el inicio para los alumnos de ESO y bachillerato y FP.

La Xunta ha decidido posponer una semana el arranque de secundaria, que no empezará el próximo miércoles y sí el 23 del mes en curso, y lo mismo con bachillerato y FP, ante la imposibilidad de los centros educativos de cumplir con ese primer plazo para tener todo preparado.

Este aplazamiento se debe a los problemas de organización con el protocolo motivado por la pandemia. De hecho, directivas de institutos, en varios casos de manera conjunta, habían decidido posponer ellos mismos este inicio, mientras que otros reclamaban contar con un margen temporal mayor.

Y es que, aunque el director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, sostiene que la repercusión de la apertura de los colegios en el incremento de contagios se verá a finales de la próxima semana, desde que ha arrancado el curso se están sucediendo los aislamientos de clases por la covid-19.

Por ejemplo, en el País Vasco treinta centros educativos están afectados "en distinta medida" por la covid-19 y cuatro de ellos están cerrados por este motivo (la haurreskola Katagorri de Vitoria, el centro de infantil y primaria de Zaldíbar, el colegio concertado Bentades de Mungia y la ikastola Zumadi de Amezketa).

En Valencia, dos aulas de primaria del CEIP Professor Ramiro Jover se encuentran aisladas al haberse registrado tres casos positivos por covid-19 en el centro, que ha obligado a diez profesores a estar en cuarentena tras haberse sometido a pruebas PCR y también a alterar los horarios de entrada de cada curso.

También un aula de Infantil del CEIP Els Germanells de Rafelbunyol de Valencia ha sido aislada siguiendo el protocolo sanitario tras el positivo por covid-19 de uno de sus alumnos, familiar de la niña que ya dio positivo este martes y obligó a tomar la misma medida, el día siguiente, en su clase de primaria.

Por su lado, la escuela infantil El Mirador de El Torno (Cáceres) ha cerrado sus puertas este viernes tras confirmarse el positivo por COVID-19 de su monitora.

Y el colegio de educación infantil y primaria San Pedro y San Pablo de Valdehornillos (Badajoz) ha cerrado de manera preventiva ante el posible aumento del número de positivos por coronavirus en el municipio.

Otro ejemplo de centro afectado por el coronavirus es Paracuellos de Jarama (Madrid), donde permanece cerrada desde el lunes la escuela infantil municipal Soletes después de que una profesora diera positivo en coronavirus, ante lo que se van a realizar pruebas PCR tanto a los profesionales que trabajan en el centro como a los cerca de 50 niños matriculados.

Por otra parte, el Ayuntamiento de Madrid ha señalado que pondrá un profesional a disposición de padres de niños de escuelas infantiles municipales que acrediten tener un trabajo presencial y no tengan alternativa para cuidar al menor cuando éste haga cuarentena por el cierre del centro o por un caso positivo en su grupo 'burbuja'.

El presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, ha afirmado, al igual que lo hace estos días la ministra de Educación, Isabel Celaá, "los niños tienen que ir a clase sí o sí" y ha mandado un mensaje de tranquilidad tanto a ellos como a sus padres.

No obstante, la directora general de Salud Pública, Paloma Navas, ha manifestado que es "muy esperable" que en uno de cada diez colegios de Cantabria se detecte algún caso de coronavirus.

El lunes 14 de septiembre vuelven al colegio tras seis meses sin clases presenciales los alumnos de Cataluña y Murcia, el día 15 los de Canarias y el día 22 los de Asturias.