Más de treinta municipios en cinco comunidades autónomas estarán este fin de semana sujetos a un confinamiento perimetral, después de que la Junta de Castilla y León anunciara que el sábado entrará en vigor la restricción de movilidad por la expansión del coronavirus en Salamanca.

Las ciudades con fronteras ante la covid-19 son variopintas, desde una gran urbe como Madrid, con 3,2 millones de habitantes, hasta un pueblo vallisoletano que no alcanza los 500, San Pedro de Latarce.

Los ciudadanos de estos municipios tienen en común la flexibilidad para acudir al trabajo, libre movimiento en el interior pero restricciones a la hostelería, de aforo y de horario de cierre.

Además de en la capital, hay cierres perimetrales en otras once ciudades de más de 100.000 habitantes, casi todas en el área metropolitana madrileña, donde rige el estado de alarma decretado por el Gobierno de Pedro Sánchez.

Los municipios confinados, además de Madrid, en esta comunidad -Alcobendas, Alcorcón, Fuenlabrada, Getafe, Leganés, Torrejón de Ardoz, Móstoles y Parla- suman 1,2 millones de personas. Además, el Gobierno de esta región mantiene confinadas varias áreas sanitarias que afectan a otros siete municipios pero de menor tamaño: Villa del Prado, Humanes, Reyes Católicos (San Sebastián de los Reyes), Arganda del Rey, Sierra de Guadarrama (Collado Villalba), Colmenar Viejo Norte (Colmenar Viejo) y Valleaguado (Coslada).

Las otras ciudades de mayor tamaño afectadas por esta medida son Salamanca, con 144.228 habitantes, y, a partir del sábado, León, con 124.303 vecinos, y Ourense, con 105.000 personas.

Por comunidades autónomas, tres de ellas (Galicia, Castilla y León y Andalucía, las tres gobernadas por el PP) han anunciado esta semana nuevos confinamientos perimetrales.

Es el caso de Galicia, donde desde este jueves hay confinamiento perimetral en Ourense capital y en Barbadás (11.037 habitantes). Los vecinos no pueden salir de esta unidad territorial conjunta salvo por motivos justificados, como ya ocurre en O Carballiño (14.027 habitantes), O Irixo (1.466) y Boborás (2.285).

Esta provincia gallega es el territorio de España con medidas más duras en las relaciones sociales, pues no se pueden mantener reuniones con personas no convivientes. Además, el consumo en el interior de bares y cafeterías está vetado.

Castilla y León es la segunda región, después de Madrid, con más confinamientos perimetrales, con un total de ocho municipios afectados, incluidas dos de sus nueve capitales de provincia, León (124.303), y Palencia (78.421), a las que desde este sábado se sumará Salamanca (144.228), según ha anunciado la Junta.

Sortea por ahora el cierre la capital burgalesa (175.821), donde la situación es "muy complicada", según admiten las autoridades sanitarias de la región. Y se prohíbe el consumo en las barras de los bares en toda la región.

El resto de municipios con cierres perimetrales son Miranda de Ebro (Burgos), San Andrés del Rabanedo (León) y las vallisoletanas Íscar, Pedrajas y San Pedro Latarce.

En Andalucía tres son los municipios confinados. Es el caso de Écija, donde sus casi 40.000 vecinos están confinados en la localidad desde este jueves, y de Linares (Jaén, 57.414 habitantes) y Álmodovar del Río (Córdoba, 7.300), que viven las últimas horas con limitaciones, pues el sábado y el domingo, respectivamente, finalizan su clausura.

En Murcia las limitaciones de movilidad se anunciaron la semana pasada y alcanzan ya a unas 130.000 personas: el casco urbano de Lorca (60.000 habitantes), Totana (31.000), Jumilla (25.000), Fortuna (10.000) y Abanilla (6.000) y, en todos los casos salvo en Lorca, están cerrados los interiores de sus bares.

Todas estas medidas buscan evitar una vuelta a los confinamientos domiciliarios, en la misma línea que Europa, donde se endurecen las restricciones, llegando a adoptar toques de queda como el de París.