Las Navidades 2020 serán una prueba de fuego en este año marcado por el coronavirus. En España, las autonomías ya tienen previsto ajustar las restricciones según el avance de la pandemia en cada zona. En Cataluña, que se encuentra en un segundo proceso de desescalada, las reuniones se ampliarán a 10 personas el próximo día 21 pero estarán limitadas a dos únicas unidades familiares. Así, el Govern catalán cierra la puerta a las más que previsibles reuniones de varios miembros de distintas unidades de convivencia y, en especial, a las de amigos.

En la Comunitat Valenciana, el president de la Generalitat ha afirmado que será el 9 de diciembre, coincidiendo con el fin de las actuales medidas, cuando se estudie la situación de la autonomía. Ximo Puig ha confirmado que "hay que ser consciente" de que la Navidad 2020 no se vivirá con normalidad al afirmar que "habrá restricciones". No obstante, estas se estudiarán en los próximos días y se concretarán conforme se acerquen las fiestas.

Los efectos de unas Navidades normales

El investigador español José Luis Jiménez, experto en aerosoles y profesor de la Universidad de Colorado (Estados Unidos) ha apuntado que la prioridad debe ser "salvarnos a nosotros", preguntado sobre la opción de salvar la Navidad, en una entrevista que publica iSanidad, un portal de información para profesionales sanitarios.

El profesor recomienda unas fiestas sin aglomeraciones, una máxima que ya aplica el Consell valenciano al pedir el adelanto de las compras navideñas para evitar masificaciones los días previos a las fiestas.

Te puede interesar:

En esta línea, Jiménez destaca en la entrevista que "hacer las cosas como siempre" podría tener consecuencias "extraordinariamente destructivas para la salud y la viabilidad del país". Así, el investigador pone incluso una fecha en la que España podría sufrir las consecuencias de no cumplir con las restricciones en la lucha contra el coronavirus.

"Si tenemos buenas reuniones el 25 de diciembre, el 25 de enero tenemos un montón de muertos, los hospitales colapsados y un yoyó de confinamientos", alerta el profesor universitario.