La familia de Fátima Ofkir, la presa española más joven que cumple condena fuera del país, ha lanzado una ofensiva para intentar traerla de vuelta después de que haya pasado ya tres años en una cárcel de Omán, donde fue arrestada por tráfico de drogas en 2017 y sentenciada a 25 años de prisión.

Estudiante de música en la Escuela Municipal de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), joven promesa de softball y presidenta del Consejo Nacional de la Infancia y la Adolescencia de Cataluña, Fátima contaba con 18 años cuando, movida por dificultades económicas y un contexto de vulnerabilidad, fue detenida en Omán con siete kilos de morfina en la habitación del hotel donde se alojaba.

Y pese a que desistió de su cometido antes de realizarlo, los tribunales omanís la condenaron a ocho años de cárcel, una pena que se disparó hasta los 25 años a raíz de la toma de posesión el pasado enero del sultán Haitham bin Tariq Al Said, que endureció este tipo de delitos.

Desde entonces, Fátima se encuentra en la cárcel de mujeres de Mascate, donde está obligada a usar un burka que le cubre todo el cuerpo, debe rezar cinco veces al día y sólo tiene permiso para telefonear a su familia poco más de un minuto cada 15 días.

"Mi hija tiene una depresión profunda y temo que llegue a una situación que no deseo. La tienen obligada a asumir ciertas cosas de la cultura del país que vulnera su libertad como mujer", ha denunciado este jueves en rueda de prensa desde Barcelona su madre, Rosario Reyes, quien ha detallado que aunque no la ha podido ir a ver, sí lo ha hecho algunas veces la cónsul española en el país arábigo.

Por ello, desde el bufete de abogados Vosseler han puesto en marcha la maquinaria para traer a Fátima y que cumpla condena en una cárcel española a través de un convenio de colaboración 'ad hoc' con Omán, como se ha hecho en ocasiones con otros estados, lo que podría hacer que la joven regresara en cuestión de tres meses.

De momento está previsto que el próximo 16 de diciembre la comisión de Asuntos Exteriores del Congreso vote si inicia los trámites para ello, una posibilidad en la que abogados y familia confían dada la "gran voluntad política" que aseguran que existe.

Paralelamente, han acudido también a la Comisión Europea, donde han presentado una súplica de intervención de los mandatarios de Omán para que se alcance un acuerdo internacional sobre una cuestión que -aseguran- es de "justicia universal".

Asimismo, planean escribir una carta al Papa Francisco instándole a mediar, dadas sus "excelentes relaciones con el sultanato de Omán", ello después de haber contactado el pasado año con el rey Felipe VI, quien derivó el asunto al ministerio.

"Fátima se equivocó, pero fue un pequeño error", ha subrayado el letrado Daniel Vosseler, quien ha aseverado que, si los hechos los hubiera cometido en España, probablemente no habría ingresado en prisión por la "colaboración" que dicen que prestó en todo momento con las fuerzas y cuerpos de seguridad y porque no llegó a traficar.

"Ella dio marcha atrás, colaboró y explicó todo lo sucedido. Aquí hubiera tenido una condena residual", ha insistido.

El abogado ha tachado de "contundente y totalmente desproporcionada" la pena impuesta, derivada de un proceso "sin garantías jurídicas" y en el marco de una causa cuyo expediente aún no han conseguido, por lo que desconocen si la sentencia es firme.

"Es de urgencia conseguir el convenio. De nada servirá esperar años para tener un tratado de extradición", ha alertado antes de recordar que Fátima lleva tres años en "condiciones preocupantes".

Y es que antes de contactar con dicho bufete, Rosario fue "buscando ayuda a ciegas", ya que, tal como ha contado, el abogado que le proporcionó la Embajada Española en Omán asistió sólo a algunas vistas, pero no a las últimas, ni tampoco a la lectura del fallo.