Pedro Sánchez va a cerrar una semana para enmarcar. Al menos, en su recuerdo. Ha logrado sus primeros presupuestos con amplio apoyo. Luce relajado y hasta risueño en la entrevista que concede a El Periódico de Catalunya€ cuando es este asunto sobre el que reflexiona y logra aparcar por unos segundos la pesadilla pandémica, claro. La cita de este diario con el jefe de Gobierno fue el miércoles, jornada relevante para él en lo personal: era el cumpleaños de una de sus hijas y en la agenda era prioridad la comida familiar.

En lo profesional, también era un momento destacable y se notaba en el ambiente 'monclovita'. Restaban apenas unas horas para que el Congreso le entregara, a través de una votación clave, las llaves de una legislatura incierta pero previsiblemente larga, a tenor de sus propias reflexiones. "Necesitamos estabilidad política. Necesitamos un horizonte de cuatro años", enfatizó durante la charla periodística. Y es que salvo escenario inimaginable en estos momentos, la próxima convocatoria de generales dependerá de su voluntad de agotar o no la actual legislatura de la mano de Pablo Iglesias, un socio que le otorga escaños que no tiene, pero también importantes quebraderos de cabeza.

Es Iglesias y el espacio que le ha ido ganando en la cancha mediática a Sánchez durante la negociación presupuestaria, con halagos a Bildu incluidos, los que provocaron hasta una pequeña (de momento) revuelta interna en un PSOE que apenas rechista en esta época 'sanchista'. Pero Sánchez ya avisa que no está para mucho reclamo en este sentido. Al fin y al cabo sin Iglesias no gobierna Sánchez y, sin Sánchez y la protección de la coalición, Iglesias no tendría más remedio que abordar el derrumbe de su partido. "A aquellas críticas que se hacen para lastrar y debilitar el gobierno de coalición no les presto excesiva atención", sentenció un pragmático presidente, el mismo que antaño dudaba de si podría dormir con el líder de Podemos en la Moncloa.

Vacunas y fondos

El caso es que el Consejo de Ministros, ubicado de momento en una sala del palacio distinta a la habitual para poder guardar la distancias a las que obliga el virus, ya tiene presupuestos. Ya tiene oxígeno, aunque también pandemia para rato y miles de víctimas por las que compugirse. No hay todavía lugar para el festejo, pese a que la vacuna asoma en el horizonte.

De lo que sí puede sentirse orgulloso el Ejecutivo es de haber logrado unas cuentas públicas que garantizan fondos europeos. Con esos fondos, según relata Sánchez, hay que salvar al país de una crisis económica y social antes de que no haya modo de ponerle freno y hay que correr para traer hasta el presente reformas diseñadas a priori para el medio plazo. «Los cambios se han anticipado como consecuencia de la pandemia, pero nos pillan preparados», dice en la entrevista. Está aún por ver. De momento, la UE está a la espera de que Polonía y Hungría dejen de bloquear la inyección económica que tiene que llegar a los stados. Incluida España. Si eso ocurre, llegará el dinero para poner a prueba nuestra capacidad de remontar y reformar en 2021. Para impulsar algunos de esos cambios parace haberse consolidado en el Congreso un club de socios de Sánchez, tan variopinto como ruidoso. ¿Durará?. El presidente lo desea y no descarta ampliarlo tras las catalanas... la próxima parada.

Accede a la entrevista con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez:

Primera entrega | "Mientras esté al timón, la Constitución regirá del primero al último de sus artículos"

Segunda entrega | "La pandemia atacó a aquellos países que somos hubs internacionales de viajeros"

Tercera entrega | "Habrá reforma laboral si hay acuerdo social"

Cuarta entrega | "En Cataluña, todos hemos cometido errores"