Los gobiernos de España y Marruecos han decidido aplazar a febrero del próximo año la cumbre bilateral que tenían previsto celebrar en Rabat el próximo jueves, 17 de diciembre, debido a la situación provocada por la pandemia de coronavirus.

Los ejecutivos de los dos países han informado de ese aplazamiento en un comunicado conjunto en el que subrayan que la situación epidemiológica actual impide celebrar la Reunión de Alto Nivel en la fecha prevista con las garantías de seguridad sanitaria que se estiman convenientes por ambas delegaciones.

Debido a ello explican que se ha acordado posponer a febrero de 2021 la celebración en Marruecos de esa reunión para que "pueda desarrollarse con fluidez, incluyendo los encuentros habituales que son propios de una reunión de esta envergadura".

"La Reunión de Alto Nivel entre España y Marruecos constituye un encuentro transcendental para el desarrollo de las profundas y densas relaciones de amistad y cooperación que existen entre dos socios estratégicos como lo son España y Marruecos", señalan en ese texto en el que reafirman la voluntad de seguir reforzando su relación estratégica.

El aplazamiento de la cumbre se ha conocido pocas horas después de que el presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciase el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.

Tras ella, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, desde Israel, ha pedido respetar las resoluciones de Naciones Unidas sobre la cuestión del Sáhara Occidental y ha asegurado que ese anuncio de Trump "no ha pillado por sorpresa" al Gobierno español.

La Reunión de Alto Nivel que se había previsto para el 17 de diciembre iba a contar con la presencia de los miembros de los dos gobiernos que iban a firmar una serie de memorandos de entendimiento.

Entre ellos no estaba previsto que acudiera el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, aunque en un primer momento desde su entorno se aseguró que sí estaría presente.

Iglesias ha mantenido una posición controvertida sobre la situación del Sáhara, y recientemente recordó en redes sociales que sigue pendiente el referéndum de autodeterminación en ese territorio.

Su coalición, Unidas Podemos, pidió en noviembre al Ejecutivo trabajar en Naciones Unidas para el cumplimiento de "la resolución 690 del Consejo de Seguridad de 1991 que mandata la organización de un referendo con el establecimiento de un calendario y un censo justo, así como fijar las garantías para su cumplimiento".

También solicitó que se mantuviese el alto el fuego "quebrado por Marruecos en el paso del Guerguerat", donde el mes pasado intervino el Ejército marroquí para desalojar a un grupo de manifestantes saharauis que llevaban tres semanas bloqueando esa franja de 5 kilómetros entre la aduana marroquí y la frontera mauritana.

Pese a esas posiciones, la ministra portavoz, María Jesús Montero, aseguró que Marruecos no había trasladado al Gobierno "ningún tipo de malestar o lamento" por la posición de Iglesias.

La cumbre se iba a celebrar en un momento en el que Marruecos mantiene cerradas las fronteras con Ceuta y Melilla y con una serie de asuntos que afectan a la relación bilateral como las fronteras marítimas o la nueva oleada de inmigrantes ilegales en las costas canarias, la mayoría de ellos procedentes de territorio marroquí.

También estaba pendiente de concretarse si el rey Mohamed VI recibiría a Sánchez con motivo de la cumbre, como suele ocurrir en este tipo de reuniones que se celebran en el país vecino.

Sí estaba prevista la celebración de un foro empresarial bilateral.

La Reunión de Alto Nivel aplazada a febrero será la número XII, y la última celebrada hasta ahora tuvo lugar en Madrid el 5 de junio de 2015, con Mariano Rajoy del Gobierno.

El tiempo transcurrido desde entonces es el más largo entre estas cumbres desde que se instauraron en 1993 bajo la presidencia de Felipe González.