La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, asegura que el pacto sellado 'in extremis' con el Reino Unido para incluir a Gibraltar en el espacio Schengen (que elimina fronteras entre 26 países europeos) pretende "construir una nueva relación con el Peñón, sin renunciar a nada".

En una entrevista que publica 'El País', González Laya explica que España ha aparcado "las cuestiones relativas a la bandera" para construir por "la vía de la corresponsabilidad en la gestión, una interdependencia más equilibrada, justa y leal" y deja claro que "la última palabra sobre quien entra en Gibraltar la dirá España".

La ministra subraya que el acuerdo, que supondrá el derribo de la verja, cambiará la relación con Gibraltar y recuerda que los intentos anteriores por colocar la bandera resultaron un fracaso.

González Laya está convencida de que con este pacto ha perdido el siglo XIX y ha ganado el XXI. "Lo que hemos visto es un cambio de paradigma que no está hecho de concesiones sino de convergencia de intereses entre gibraltareños y españoles, ambos europeístas. Y eso es fruto del brexit", asevera.

La ministra insiste en que el acuerdo no habla de soberanía y "nadie cede un ápice (en su reivindicación)". "Lo que significa -dice- es que, para poder entrar en un Gibraltar integrado en el espacio Schengen, la responsabilidad del control está en manos españolas. En el puerto y en el aeropuerto".

González Laya admite que con este acuerdo la relación del Peñón con la UE puede ser más intensa que antes del brexit y recuerda que más del 95% de los gibraltareños votaron a favor de seguir en la Unión Europea.

E insiste en que habrá libre circulación de mercancías, no de servicios, y se tendrán que arbitrar una serie de mecanismos y procedimientos aduaneros para ver cómo se ejecutan los controles, que no tienen por qué hacerse en la frontera (en La Verja), sino en espacios habilitados al efecto.