El letrado de Villanueva de Sijena (Huesca), Jorge Español, en un escrito de alegaciones advierte al Tribunal Supremo de que su sentencia sobre el Monasterio de Sijena abre la puerta a la "venta libre y fuera de control" de valiosas piezas de los monumentos nacionales de titularidad privada, entre ellas las pinturas de Velázquez y Goya que cuelgan de las paredes del Palacio de Liria.

Español ha dirigido un escrito de alegaciones a los magistrados de la sala de lo civil del Tribunal Supremo en respuesta a la sentencia dictada el 14 de enero por el pleno que declaró nula la venta de 97 piezas del tesoro artístico del Monasterio de Sijena -monumento nacional desde 1923- a la Generalitat y al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC).

El Supremo consideró nulas las ventas, pero no por la imposibilidad legal de disgregar un monumento nacional como Sijena de su tesoro artístico, sino por haber sido hechas por una orden religiosa que no estaba autorizada.

Así, mientras los tribunales de primera instancia y la Audiencia de Huesca entendieron en anteriores sentencias que se habían infringido las normas de protección del patrimonio artístico, al formar parte indivisible las 97 piezas del monasterio, el Supremo argumenta que la venta fue hecha por una orden religiosa "diferente e independiente" de las monjas titulares del cenobio.

Según el letrado, la sentencia del Supremo pone en cuestión las leyes de patrimonio histórico español al admitir, por una parte, que el Monasterio de Sijena era monumento nacional protegido cuando se hicieron las ventas, y argumentar, por otra, que los bienes enajenados no podían considerarse "fuera de mercado".

En sus alegaciones, Español advierte de que la línea jurisprudencial abierta podría provocar la disolución de una parte del patrimonio cultural español, que considera que los bienes inmuebles que contienen los monumentos nacionales lo serán siempre aunque su propietario los saque de su entorno y los venda.

Para ejemplificar su afirmación, el letrado se refiere a la actual situación del madrileño Palacio de Liria, monumento nacional desde 1974 que gestiona la Fundación Casa de Alba y en cuyas paredes cuelgan pinturas de El Greco, Velázquez, Brueghel, Goya, Rubens, Ribera, Zurbarán o Murillo.

Destaca que la declaración de Liria como monumento nacional, que viene precedida de una memoria de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando que evidencia la intención de la última duquesa de Alba de mantener íntegro el conjunto y evitar su disgregación, contempla tanto el edificio como toda su colección de pinturas.

Español admite que algunos de los bienes de la Casa de Alba, como los muebles de baño de estilo "art déco" de la última duquesa (subastados en 2013 en Christie's por 6,1 millones) o algunos de sus valiosos documentos, pueden entrar en discusión respecto a su integración en la declaración de Liria como monumento nacional, pero rechaza que los cuadros referidos puedan separarse de su entorno.

Español expresa en su escrito su deseo de que la nueva línea jurisprudencial abierta no prospere en el futuro, pero advierte "respetuosamente" a los magistrados del Supremo de que "pasarán a la historia por la fortuna o desgracia que esta sentencia pueda acarrearle al ya mermado y expoliado patrimonio cultural español más valioso, los ricos monumentos nacionales".

Por esta razón, el letrado pide a la sala que formule una aclaración respecto a la consideración de los tesoros artísticos de estos monumentos como "bienes de mercado" a fin de no ponerlos en "grave peligro", y que complete su sentencia a este respecto.

Advierte, además, de que las valiosas pinturas murales de la sala capitular de Sijena, cuya devolución han ordenado en primera y segunda instancia los tribunales, podrían ver comprometido su regreso.

Según asegura, si la comisaria Pontificia del Real Monasterio de Sijena (que otorgó poderes al Gobierno aragonés para litigar con Cataluña por los bienes del cenobio) vendiera o donara ahora las pinturas a la Generalitat, su retorno podría verse comprometido.