El Departamento de Justicia de la Generalitat deberá revisar antes del próximo 14 de julio la clasificación penitenciaria de los presos del procés, quienes mientras tanto podrían disfrutar de permisos y salidas para trabajar o hacer voluntariado en virtud del artículo 100.2.

El exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras, los exconsellers Jordi Turull, Josep Rull, Joaquim Forn y Raül Romeva y los Jordis regresan esta tarde a prisión, ya en segundo grado penitenciario, después de que el juzgado de vigilancia les haya revocado el régimen de semilibertad que se les concedió la víspera de la campaña electoral del 14F y que les obligaba solo a pernoctar en la cárcel, de lunes a jueves.

De acuerdo con la legislación, la Generalitat está obligada a revisar la clasificación penitenciaria de los líderes independentistas presos antes del 14 de julio próximo, cuando se cumplen seis meses desde la última propuesta de las juntas de tratamiento para que se les concediera el tercer grado, que la justicia ha revocado este martes.

En segundo grado, los reclusos tendrán derecho a 36 días de permisos ordinarios anuales, puesto que todos ellos han cumplido ya una cuarta parte de la condena que les impuso el Tribunal Supremo.

Además, mientras permanezcan en régimen ordinario, la junta de tratamiento de Lledoners podrá facilitar la flexibilización penitenciaria de los presos del procés, mediante la aplicación del artículo 100.2, que se les concedió a los meses de empezar a cumplir condena y que les permitía salir entre semana para trabajar en el exterior o llevar a cabo labores de voluntariado.

Esa flexibilización penitenciaria no fue posible en julio del año pasado: el juzgado avaló entonces la semilibertad de los presos del procés pero lo suspendió a la espera de que el Tribunal Supremo se pronunciara sobre los recursos de la Fiscalía, lo que dificultaba que se les pudiera aplicar el 100.2 puesto que estaban formalmente clasificados en tercer grado.

En los próximos días, el juzgado de vigilancia del que dependen las prisiones de Wad Ras y Puig de les Basses deberá decidir si mantiene el tercer grado a la exconsellera Dolors Bassa y la expresidenta del Parlament Carme Forcadell: en la anterior ocasión, a diferencia de los presos de Lledoners, ambas disfrutaron del régimen de semilibertad hasta que se lo revocó el Supremo.

Al regresar al segundo grado u ordinario, los presos del procés tendrán que hacer vida en el centro penitenciario, aunque con derecho a comunicaciones telefónicas, visitas en el locutorio y vis a vis con familiares, personas íntimas e hijos menores de diez años.

También tendrán acceso a actividades voluntarias de formación y tratamiento y acceso a espacios comunes de la escuela, como instalaciones deportivas, culturales y ocupacionales.