El Juzgado de lo Penal número 5 de Almería ha impuesto una pena de 21 meses de prisión a un vecino de la provincia almeriense que durante 12 años tuvo sometida a su autoridad a su esposa, a la que impuso un "clima de humillación", controló y agredió físicamente.

La sentencia, dictada por conformidad y consultada por Efe, declara probado que el acusado estuvo casado con la víctima durante 12 años hasta 2015, así como que en 2009 tuvo una niña fruto de este matrimonio. Según el fallo, durante toda la relación el acusado se dirigió "constantemente" a su pareja con expresiones humillantes, con ánimo de amedrentarla y "tenerla sometida a su autoridad", ofendiéndola "gravemente" y minando su moral.

Esto pasaba siempre en el ámbito del domicilio familiar e incluso en presencia de la hija de ambos, imponiendo así un "clima de humillación constante en su convivencia común", según la fuente. Añade que además durante este tiempo ha menospreciado a la mujer y que ha agredido físicamente a su esposa y a su hija con ánimo de "menoscabar su integridad física", sin que ninguna de ellas fuese atendida nunca por un médico, ya que el acusado amenazaba a su cónyuge con quitarle a la niña y matarla.

Asimismo, el hombre ejerció desde el inicio una situación de control hacia su mujer y su hija, controlando los ingresos de su pareja y su teléfono, o golpeando a la menor por no hablar árabe, por no querer bendecir la comida en este idioma o por coger los alimentos con la mano izquierda y llevar ropa de tirantes. La sentencia relata cómo en 2010 el hombre cogió a su hija y la tiró de la cama, lo que le valió una denuncia de su esposa, que fue retirada debido a la presión ejercida por la familia del acusado.

También recoge otro episodio ocurrido en agosto de 2018, cuando, en presencia de la niña, pegó un puñetazo en la pierna a su esposa, quien siete años antes ya había comenzado a recibir asistencia integral en un centro municipal de la mujer y seguimiento psicológico de los servicios sociales del ayuntamiento.

Por estos hechos, al hombre le han impuesto 21 meses de prisión por un delito de malos tratos habituales, por el que también se le priva del derecho a la tenencia y porte de armas durante tres años, tiempo en el que tampoco podrá aproximarse a menos de 500 metros o comunicarse con su exmujer. También ha sido condenado a 60 días de trabajos en beneficio de la comunidad.

No obstante, se ha acordado la suspensión de la pena de cárcel, a condición de que no delinca en el plazo de tres años y de que participe en programas formativos, culturales o de educación de igualdad de trato y no discriminación.