El excomisario de la Policía, Enrique García Castaño, conocido como El Gordo y uno de los protagonistas de la operación Kitchen, ha señalado en el Congreso que el también excomisario José Manuel Villarejo participó en el operativo de supuesto espionaje a Luis Bárcenas por orden del exministro del Interior Jorge Fernández Díaz y su número dos Francisco Martínez.

Ambos responsables políticos conocían esta operación y fueron los que directamente eligieron a Villarejo para que participara en la misma, según ha revelado García Castaño en la quinta sesión de la comisión parlamentaria del caso Kitchen, la supuesta operación de espionaje a Bárcenas fue orquestada por Interior en 2013 para destruir documentos comprometedores para el PP.

Considerado mano derecha del excomisario José Manuel Villarejo y uno de los agentes protagonistas de la llamada "policía política", García Castaño es uno de los acusados que se sentará en octubre en el banquillo junto a Villarejo, en el primer juicio del caso, donde se enfrenta a peticiones fiscales que ascienden hasta los 50 años de cárcel.

Hasta 17 veces ha declarado ante el juez de la Audiencia Nacional, seis de ellas por Kitchen, con voluntad de "colaborar" con al justicia, como ha insistido ante los diputados, a quienes al inicio de la sesión ha dicho que su deseo era seguir esta línea, pero que no tenía autorización del Consejo de Ministros, como si lo tuvo para declarar ante el juez.

Pese a ello, García Castaño no he escatimado en sus repuestas a los diputados, ha reafirmado lo declarado ante sede judicial como que entregó al exsecretario de Estado Francisco Martínez un pendrive con la información de lo que contenían los móviles de Bárcenas, y ha revelado algunos extremos de la Kitchen que, ha dicho, fue un dispositivo para tratar de averiguar dónde tenía oculto el extesorero del PP y quiénes podían ser sus testaferros.

Entre las revelaciones más llamativas el excomisario ha relatado cómo se preparó el dispositivo de Kitchen en el cual trabajaba el inspector Andrés Gómez Gordo por orden del número dos de la Policía Eugenio Pino.

"El DAO quería que Gómez Gordo tuviere otra persona a su lado y quiso poner a un comisario. Desde el ministerio, tanto el ministro como secretario de estado le dijeron que no. Que pusiese a Villarejo", ha dicho.

También ha explicado cómo se hizo con dos móviles de Bárcenas. Se los dio el supuesto confidente Sergio Ríos durante media hora. Preguntado pro el diputado del PSOE si tenía orden para incautar esos dispositivos, ha respondido que se trabaja en ocasione con el principio de "oportunidad e inmediatez".

También sin autorización judicial accedió al estudio de la esposa de Bárcenas en Madrid en busca de documentación. "Entro porque la señora de servicio me abre la puerta, la engaño, no me hace falta orden judicial", ha defendido.

De todos los seguimientos que hacía él y los funcionarios a su cargo como jefe de la Unidad Central Adjunta Operativa dependiente de la Comisaria General de la Información daba cuenta "puntualmente" al jefe de la UDEF y "alguna vez" al secretario de estado, al tiempo que esas actuaciones se grababan en sus servicios informáticos.