Se cumplen este viernes tres meses desde las elecciones del 14F sin que ERC y JxCat hayan sido capaces aún de alcanzar un acuerdo que permita desbloquear la investidura de Pere Aragonès, por lo que ahora se ven arrastrados a una negociación al límite, hasta el 26 de mayo, con riesgo de repetición electoral. Quedan tan solo doce días para que expire el plazo límite para investir a un nuevo presidente de la Generalitat y evitar que sean convocadas automáticamente nuevas elecciones para mediados de julio.

Tanto ERC como JxCat aseguran que lo último que desean es verse arrastrados a una repetición electoral, y más teniendo en cuenta el resultado histórico que obtuvo el independentismo el 14F -récord de diputados, 74 de 135, y de votos, más del 50%-, pero, dado que se mantienen sus discrepancias, el riesgo de accidente es máximo.

El próximo viernes, 21 de mayo, podría celebrarse la primera sesión del debate de investidura, en la que Aragonès necesitaría la mayoría absoluta de los votos -eso implica el apoyo de al menos ERC, JxCat y la CUP-, pero si no la consigue tendrá una segunda vuelta, dos días hábiles después, en la que le bastará la mayoría simple. Al tener que dejar pasar dos días hábiles, ni el fin de semana ni el lunes 24 -festivo- contarían, por lo que la segunda votación se celebraría el miércoles 26 de mayo.

Fuentes parlamentarias consultadas por Efe contemplan la posibilidad de que la Mesa del Parlament decida habilitar el domingo 23 o el lunes 24 para celebrar la primera votación, si bien esto no modificaría la fecha de la segunda vuelta, el día 26.

Pero para que ese pleno de investidura sea convocado antes debe decidirlo la presidenta del Parlament, Laura Borràs, que ya ha dicho que no abrirá la ronda de consultas previa hasta tener la seguridad de que el candidato dispone de los apoyos para ser investido. Y Aragonès, que protagonizó dos votaciones fallidas a finales de marzo por la abstención de JxCat, aún no ha convencido a sus socios.

ERC reclama a JxCat que le ceda votos para investir a Aragonès, para así conjurar el peligro de nuevas elecciones y, con posterioridad, negociar la incorporación de Junts al Govern. Pero en JxCat se resisten a "regalar" sus votos a Aragonès para que gobierne solo y exigen un acuerdo para reeditar su coalición.

Sergi Sabrià, miembro del equipo negociador de ERC, ha recordado que el secretario general de JxCat, Jordi Sànchez, se comprometió a ceder los votos que necesitara Aragonès para ser investido y evitar elecciones: "No creo que Junts le falle al país. A última hora cumplirán su palabra", ha dicho en una entrevista a elnacional.cat.

Mientras tanto, el líder del PSC en el Parlament, Salvador Illa, ha acusado a las fuerzas independentistas de "faltar al respeto" a los catalanes al cumplirse tres meses desde las elecciones del 14F. En la presentación de la Vall d'Hidrogen de Cataluña, en Tarragona, Illa ha destacado que "hay dos mayorías existentes". Por un lado, ha señalado Illa, hay "una mayoría independentista que no consigue cuajar un Govern y que ha recogido algunos fracasos", como la doble investidura fallida de Aragonès. Pero "hay otra mayoría posible, una mayoría de izquierdas, que debería estar liderada por quien ganó las elecciones", ha remarcado.

La líder de En Comú Podem en el Parlament, Jéssica Albiach, ha afirmado en Catalunya Ràdio que la ruptura con ERC será "definitiva" si los republicanos repiten una "fórmula fracasada" y pactan con JxCat, aunque ha subrayado que sigue con la "mano tendida" para continuar negociando un Govern de izquierdas. El eurodiputado de Ciudadanos Jordi Cañas considera que "el problema" que explica por qué no se ha investido aún a Aragonès es que "Junts está acostumbrada a mandar y sabe que, si ERC se consolida como primer partido, pierde fuerza".