La CUP es el tercero en discordia. Pese a celebrar el principio de acuerdo entre ERC y Junts para formar un Govern de coalición, los anticapitalistas temen que no cumplan a rajatabla los compromisos pactados con los republicanos para dar sus nueve votos a favor del aspirante a la Presidència de la Generalitat, Pere Aragonès. "El preacuerdo que alcanzamos con Esquerra tiene que quedar inalterado" tras la negociación entre republicanos y posconvergentes, batallan en las filas de la formación.

Los 'cuperos' llevan semanas actuando como bisagra para evitar que Catalunya se someta a una repetición electoral y propiciaron el pasado miércoles un pacto de mínimos a tres bandas después de que la negociación entre ERC y Junts saltara por los aires. De ahí que la CUP quiera hacerse suyo parte del mérito de un entendimiento contra reloj, del que todavía no conocen los detalles. De hecho, fuentes del partido afirman que se han enterado del principio de acuerdo por la prensa.

El diputado Carles Riera ha tachado de "dato positivo" la reedición del actual Ejecutivo catalán en una entrevista en La 2, pero se ha apresurado a recordar todos los compromisos que pactaron con Esquerra para poner deberes sobre la mesa del futuro Consell Executiu, empezando por la desobediencia. El 'cupero' ha alertado de que el Tribunal Constitucional "no puede ser un límite" para la acción de gobierno y ha instado a que el "ejercicio de la soberanía" se defienda "desde el minuto uno".

Riera ha reclamado que se dibuje "desde ya" una hoja de ruta independentista "compartida", que "no interfiera en el proceso de investidura, en el inicio de la legislatura ni en la gobernabilidad del país" para "volver a ejercer la autodeterminación" si en un plazo de dos años, en el 2023, la mesa del diálogo entre gobiernos no ha aportado una "solución democrática" al conflicto. La fórmula de la CUP pasa por una movilización sostenida "que haga posible" la celebración de otro referéndum.

Los anticapitalistas siguen cerrando la puerta a entrar en el Govern, aunque es un debate latente que puede reabrirse en cualquier momento dentro del partido. Algunas voces de la CUP opinan que una vez transcurridos dos años podrán evaluar el cumplimiento de los acuerdos y decidir, en esa fecha, si asumen alguna cartera ya sea para "empujar" hacia la independencia o para "mejorar las condiciones materiales" de los catalanes si se termina aplicando la renta básica universal. Será entonces cuando Aragonès se someta a una cuestión de confianza, se renueve el Congreso de los Diputados y se examine la continuidad de la mesa de diálogo.