La voluntad del Gobierno es "abrir una nueva etapa en Cataluña". Y de ahí no se moverá, pese a la presión creciente de la oposición y pese a las críticas directas que han lanzado algunos dirigentes del PSOE. El Ejecutivo defiende que ahora, tras el informe negativo del Tribunal Supremo, contrario radicalmente a indultar a los 12 condenados por el 'procés', es su turno, y tiene que aprovecharlo para reconstruir "puentes".

La portavoz del Gabinete, María Jesús Montero, siguió este jueves, al término del Consejo de Ministros extraordinario que prorrogó los ertes hasta el 30 de septiembre, la argumentación ya adelantada por el presidente, Pedro Sánchez, desde el martes. Fue inquirida en varias ocasiones por el durísimo dictamen del Supremo y el rechazo a la medida de gracia expresado por el barón castellanomanchego, Emiliano García-Page —"uno de los graves errores de la democracia en caso de que se produzca"—; por el jefe de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara —"No debe ser indultado quien no quiere serlo porque no respeta ni cree en las leyes que lo hacen posible"—, o por el expresidente Felipe González —"en estas condiciones yo no los daría"—. Pero la ministra se limitó a decir que el Ejecutivo velará por el "interés general" y lo pondrá por encima de sus propios intereses.

"Tenemos que pasar página y rehacer los lazos afectivos y reconstruir puentes que se dinamitaron y llevan demasiado tiempo destruidos. Respetamos el criterio del Supremo en un informe que no es vinculante, pero es el momento de la política", subrayó. El Gobierno, dijo, tiene la vocación de "superar fracturas", "producir espacios de encuentro". Tras afirmar que el PSOE es un partido "plural y democrático", en el que se respetan "todas las posiciones", recordó que la potestad de conceder indultos es una "prerrogativa del Consejo de Ministros", al que corresponde "velar por el interés general" y adoptar decisiones que tengan como principios inspiradores la "convivencia", la "concordia" y el "fortalecimiento de la democracia".

Sin fecha para la cita Sánchez-Aragonès

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Montero no se detuvo más en responder a las críticas de sus compañeros de partido. Sancionó que los militantes socialistas saben que el Gobierno, con Sánchez a la cabeza, tiene la "responsabilidad" de poner por delante el interés del país. Sí fue muy insistente a la hora de recalcar que el Ejecutivo "heredó" el desencuentro en Cataluña, una situación "que nunca se tuvo que producir": las leyes de desconexión, el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017, la declaración unilateral de independencia o la huida del entonces 'president', Carles Puigdemont. Todo "se produjo bajo un Gobierno del PP", recordó. Ahora el momento es otro, se trata de "suturar las heridas" que ocurrieron, defendió.

La portavoz no adelantó plazos de tramitación de los indultos, aunque desde el Ejecutivo se estima que podría culminarse antes de las vacaciones del verano, y en el PSOE hay consenso en que "cuanto antes mejor" se adopte una decisión que se percibe muy delicada y de riesgo. Montero apuntó que el Gobierno empleará "el tiempo que se necesite" para que el Ministerio de Justicia sustancie la argumentación de todos los expedientes. Así que cuando toque el Gabinete tomará una decisión "fundamentada" en los principios constitucionales de "concordia" y "convivencia". Para lo que tampoco hay fecha aún es para la reunión entre Sánchez y el nuevo 'president' de la Generalitat, Pere Aragonès, ni tampoco para la mesa de diálogo.