Pere Aragonès se revolvió este miércoles contra el Tribunal de Cuentas (TdC) por haber encausado a 34 exaltos cargos de la Generalitat por presunta malversación por haber empleado recursos públicos en la promoción y preparación del 1-O. Pertrechado con el fondo creado en la víspera en ayuda de los afectados, el 'president' acuso al TdC de ser un órgano "político e ideológico" y de actuar contra los exaltos acargos "simplemente porque son independentistas". Y sentenció: En el TdC reina la presunción de culpabilidad".

"Cataluña siempre ha hecho política exterior. Se les persigue por opinar. En el extranjero podemos hablar de todo menos de la independencia, es absurdo", clamó Aragonès después de que defendiera que los afectados "cumplieron con el ejercicio de su cargo". El jefe del Executiu añadió que "el TdC el que se arroga el papel de Tribunal Constitucional y decide qué entra dentro de las competencias estatutarias de la Generalitat y qué no".

Las palabras de Aragonès se produjeron en la comparecencia, por él pedida, para detallar el "proceso de desjudicialización" del conflcito político. La tesis del republicano es clara, y el TdC le sirvió de ejemplo: los indultos son un primer paso, pero no basta. Se precisa una ley de amnistía.

Ante las críticas de Cs y el PP, el ‘conseller’ de Economía, Jaume Giró, defendió que el fondo creado por el Govern (que el 'president' tildó de "emergencia") no incurre en ningún delito porque “no se hace traspaso patrimonial de la Generalitat”, ya que no es un aval directo y da una respuesta “sólida, jurídicamente”. “El decreto ley del fondo complementario de riesgo es todo lo contrario a la malversación”, ha espetado Giró, blindado este instrumento como una forma de dar cobertura a todos los servidores públicos “que se vean perseguidos en el ejercicio de su cargo en un proceso administrativo o judicial” y, a la vez, como una herramienta para “restablecer el espacio de libertad para hacer acción política en Cataluña”.

'Eppur, si muove'

"Algunas cosas se están moviendo", apuntó Aragonès al inicio de la comparecencia en referencia a los indultos, la calendarización de la segunda reunión de la mesa de negociación Estado-Generalitat y al informe de la asamblea parlamentaria del Consejo de Europa. "Pero otras, no", dijo señalando la represión.

La propuesta del 'president' al independentismo pasa por crear el Pacte Nacional por la Amnistía y la autodeterminación, con partidos, entidades y sociedad civil para "acudir a la mesa con mayor fuerza".

Una amnistía de la que, previamente, en la sesión de control, negó que no cupiera en el actual marco legal. "Hay una amnistía vigente, la de 1977, y está tan vigente que impide la persecución de los torturadores franquistas", detalló el 'president'.

Illa, contra el inmovilismo

El jefe de la oposición y líder parlamentario del PSC, Salvador Illa, afeó al 'president' que se centre sólo en una parte de los catalanes, los independentistas. "Me ha decepcionado. Usted como presidente se tiene que dirigir a todo el país. Esperaba una actitud diferente", dijo a Aragonès al inicio de su intervención. Illa blindó la actuación de la Justicia en Cataluña durante el convulso otoño del 2017 y reclamó al Govern que no se descarrile de la legalidad porque "el estado de derecho es una línea roja".

El socialista defendió el diálogo, la negociación y el pacto como método, pero subrayó que este precisa "normas de conducta": "decir la verdad, no hacer promesas que no se pueden cumplir y hacer planteamientos que unan, no que dividan". Terminó su intervención reclamando una reunión que todavía no se ha producido para "encontrar un punto de consenso" y destacando que la concesión de los indultos "no fue fácil", pero sí necesaria para "contribuir a abrir un nuevo tiempo político en Cataluña que escapaba del inmovilismo".

La CUP pide preparar ya una alternativa al diálogo

Los anticapitalistas no quieren perder más tiempo y ven el diálogo con el Estado como una "pared" para el independentismo. De ahí que la diputada Eulàlia Reguant pidiera que desde el Pacte Nacional per la Amnistía y la Autodeterminació se empiece a preparar ya la respuesta a una mesa de diálogo que ven condenada al fracaso. Un trabajo que quieren que vaya en paralelo a las reuniones con el Gobierno para que, en el 2023, margen que dieron al deshielo, todo esté listo para impulsar un referéndum.